Unidas por el balonmano

Las vidas de las gemelas Rocío y Ángela Barba van cogidas de la mano. O al menos en el ámbito deportivo. Estas hermanas, que acaban de presentar el Trabajo Fin de Grado en la Facultad de Educación (Educación Primaria) del Campus de Ciudad Real, llevan desde los 10 años practicando el mismo deporte: balonmano.

Desde muy pequeñas tenían claro que el deporte marcaría sus vidas, aunque por entonces, el balonmano no era la primera opción. El fútbol les atraía más, pero una visita a su prima hizo que su relación con el balonmano comenzara a rodar.

Desde entonces han estado ligadas al mismo equipo, al BM Pozuelo de Calatrava. Campeonas de España en 2015 y 2017 con su club, han representado a Castilla-La Mancha en las categorías de infantil de segundo año, cadete y juvenil. Para lograr estos objetivos, Rocío y Ángela se ejercitan cuatro días a la semana en la pista, más uno que dedican al gimnasio. Sesiones de dos horas por las tardes que, además de para desconectar, les sirven “para organizarnos mejor” y con mayor facilidad”.

La afición de las hermanas Barba a este deporte tiene a Noruega en el punto de mira. Su jugadora internacional Nora Mork es la figura en la que ambas se reflejan. “Ella es un ejemplo a seguir. Tiene calidad, trabajo, esfuerzo y espíritu de superación a pesar de no haber tenido suerte con las lesiones. Su juego nunca se ha resentido a pesar de las adversidades”.

La experiencia mostrada en las pistas en todos estos años no la han podido plasmar en los Campeonatos de España Universitarios (CEU) en los que compite la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Por diferentes motivos, tanto Rocío como Ángela solo han participado en dos ocasiones en la fase previa. “No tuvimos la suerte de pasar al perder contra UCAM (Universidad de Murcia). No cambia mucho el nivel, la mayoría de los rivales se encuentran en nuestra Liga, pero no realizamos buenos partidos en la fase y la suerte tampoco nos acompañó”.

Conscientes de que el deporte estrella en España es el fútbol, apunta a que los continuos buenos resultados del balonmano, tanto en categoría masculina como femenina, están ayudando a que “mueva a más masa y sea más relevante”. No obstante, no escapan a la realidad de que “desafortunadamente el deporte masculino atrae a más afición. Puede ser porque el femenino no lleva tantos años realizándose. Pero es cierto que en Pozuelo el balonmano femenino atrae a más afición que el masculino”.

Esta diferencia hace también muy complicado que el futuro de ambas siga vinculado al balonmano. A esta desigualdad se suma a que en la categoría que juegan (División de Honor Plata) es bastante difícil “que una jugadora pueda vivir de este deporte. Quizás las jugadoras mejor pagadas de División de Honor, sí”.

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