La fitorremediación de suelos es una técnica que consiste en la limpieza de espacios contaminados con plantas. Esta estrategia se empleó en la descontaminación provocada por el vertido de la mina de Boliden, en el valle del Guadalquivir, y para que funcione, se necesita dar con la especie vegetal capaz de atrapar los contaminantes. Un equipo de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) ha comprobado que una planta acuática de ese país se ‘come’ el mercurio procedente de la actividad minera.
Así lo evidenció el biólogo Jorlin Danaust Rivas Jordan, magíster en Bosque y Conservación Ambiental de la UNAL, cuya investigación se centró en el estudio de las plantas macrófitas, conocidas así porque crecen en áreas con agua dulce o ligeramente salina y sus tallos son cilíndricos y estriados.
Además, las plantas macrófitas desempeñan un papel importante en la limpieza y restauración de ecosistemas (biorremediación o fitorremediación) contaminados por metales pesados como el mercurio, utilizado en la separación y extracción del oro de las rocas o piedras en las que se encuentra, cuyo uso, pese a estar prohibido por la legislación colombiana sigue afectando los acuíferos del país.
Qué planta es capaz de atrapar el mercurio procedente de minas de oro
La planta capaz atrapar el mercurio es el papiro estriado o Eleocharis interstincta y Eleocharis mutata, que acumulan en sus tejidos altas concentraciones de este metal pesado generado por la actividad minera, una característica que les confiere potencial para limpiar y reparar ecosistemas afectados por la presencia de metales pesados cuya exposición tiene efectos severos en los animales y las personas.
“En Chocó urge contar con la evidencia científica sobre la capacidad acumulativa de las macrófitas. Hasta el momento solo se ha registrado un trabajo realizado en 2021, centrado en la especie Eleocharis elegans”, afirma el magíster para quien esta escasez de información fue el estímulo que lo impulsó a centrar su investigación en la capacidad de adsorción de dicho tipo de plantas en esa región.
Para el estudio se escogieron cuatro sitios impactados y remanentes de minería, con más de 50 años de sucesión, ubicados en los municipios de Condoto y Unión Panamericana; también se consideraron las edades de las pozas o lagunas para investigar si la sucesión temporal tenía algún impacto en la biodiversidad de las plantas o en los niveles de mercurio en el ecosistema, tanto en el sedimento como en el agua, así como en las propias plantas.
Es de anotar que, con el tiempo, algunas de estas pozas han venido siendo utilizadas por la población del entorno para realizar pesca artesanal o sembrar alimentos de pancoger, incluso para nadar o realizar otras actividades de ocio lúdicas, lo cual representa una seria amenaza para la calidad de vida y la salud de la gente de la zona.
Así, se registró una abundancia relativa de 6.296 individuos, pertenecientes a nueve familias, 14 géneros y 16 especies de plantas macrófitas.
Análisis del mercurio
Las concentraciones totales de mercurio (T-Hg) fueron evaluadas según las pautas establecidas por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. Para realizar este análisis, las plantas se sometieron a un proceso en el laboratorio, donde se lavaron con agua corriente para eliminar cualquier exceso de material no deseado y posteriormente, se enjuagaron con agua destilada para asegurar la ausencia de cualquier residuo adicional en la superficie.
Las partes de las plantas fueron separadas en raíces o rizomas (parte subterránea) y tallos y hojas (parte visible). Estas se secaron a temperatura ambiente y, una vez completado este proceso, las plantas se pasaron por un molino de rotor R-TE-651/2 con malla MESH 10 para tamizarlas. Este procedimiento garantizó la obtención de una muestra homogénea en forma de polvo, facilitando así la evaluación de las concentraciones de mercurio de manera precisa.
Con respecto al análisis de sedimento, se siguió un proceso similar al empleado con las plantas, el cual consistió en un secado natural a temperatura ambiente. Después se homogeneizaron utilizando un mortero de porcelana y se tamizaron para obtener partículas con un diámetro de 1 mm. Luego,se pesaron con precisión 0.05 gramos utilizando una balanza analítica. El método aseguró una muestra representativa y facilitó la evaluación precisa de los sedimentos en términos de su composición y concentración.
Para analizar el agua, se siguieron varios pasos. Inicialmente, las muestras de agua se sometieron a un proceso de digestión utilizando una mezcla ácida en presencia de permanganato de potasio. Este proceso se adelantó mediante baño de maría, a una temperatura de 100 °C durante 1 hora. Luego, siguiendo las pautas del método EPA 7470 -procedimiento de absorción atómica con vapor frío aprobado para determinar la concentración de mercurio en extractos acuosos mediante el procedimiento de movilidad- se procedió a reducir el mercurio presente a su forma elemental mediante la adición de dicloruro de estaño.
Finalmente, “las muestras se analizaron con el dispositivo Lumex RA 915M, capaz de detectar mercurio en tiempo real y mide cantidades pequeñas en agua, sedimentos y otros materiales del medioambiente”, menciona.
Para hacer la evaluación, utilizó una técnica llamada vapor frío (CVAAS) con corrección Zeeman, el cual ayudó a descubrir exactamente cuánto mercurio había en las muestras de agua, asegurando así resultados confiables.
Se obtuvo el índice de geoacumulación que mostró una contaminación moderada (2) en todos los sitios de muestreo y no se encontró contaminación por mercurio en el agua.
El estudio evidenció que las especies del género Eleocharis obtuvieron valores muy similares al proceso de bioacumulación y traslocación, lo que conlleva a pensar que el comportamiento de este grupo de planta a la hora de capturar trazas de mercurio es muy parecido; en cuanto a las plantas la especie Heteranthera reniformis obtuvo los valores más alto en mercurio, la bioconcentración y la traslocación obtuvieron valores bajos lo que se permite deducir que estas plantas tienen propiedades fitoestabilizadoras, y evitan que la contaminación mercurial se extienda a otros lugares.