Doce manos enguantadas en torno al coronavirus rinden tributo desde hoy en la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga a los profesionales sanitarios que nos han cuidado desde que se inició la pandemia.
Con esta escultura, realizada por el artista Suso de Marcos, la UMA agradece a los sanitarios su entrega y dedicación, y lo hace desde las alturas de la fachada del centro en el que muchos de ellos se formaron, que con este acto simbólico inicia los actos de su 50 aniversario, lo que suma valor a esta iniciativa.
En palabras del autor, la escultura muestra manos sanadoras, representativas de las que trabajan en los laboratorios, las consultas, los quirófanos o las que nos inyectan las vacunas. Rodean al virus formando “la buena estrella”, en un círculo que evita su propagación.
El acto de inauguración ha reunido a profesores, ex decanos y trabajadores de la Facultad de Medicina, así como a numerosos estudiantes, cuya presencia en las renovadas terrazas del centro ha puesto de manifiesto su reconocimiento por la profesión y su compromiso con la salud.
El rector, José Ángel Narváez, ha presidido la ceremonia, acompañado por autoridades de la ciudad –el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre y el delegado de Salud de la Junta, Carlos Bautista, entre ellos-, representantes de hospitales de la provincia y de colegios profesionales vinculados a la Sanidad. La interpretación al chelo de la ‘Canción de los Pájaros’ de Pau Casals, a cargo de la profesora de Medicina Natalia García, ha dado comienzo al acto.
En palabras de Narváez, el reconocimiento llega en un momento “en el que se han terminado los aplausos, pero en el que es necesario rendir tributo a los hombres y mujeres que han trabajado por nosotros y que, antes de eso, se han formado en las universidades”.
No somos autosuficientes
Por su parte, el decano de la Facultad de Medicina, Pablo Lara, ha señalado que la pandemia “nos ha hecho ver que no somos tan autosuficientes como pensábamos» y que la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la importancia de las profesiones sanitarias.
También ha tomado la palabra la cirujana pediátrica María Díaz Diñeiro, quien ha recordado el origen de los guantes quirúrgicos que protagonizan la escultura y que son el resultado de una historia de amor de su inventor, el doctor William Halsted -uno de los cirujanos más brillantes de Estados Unidos del siglo XIX y primera parte del siglo XX-, hacia Carolina Hampton, jefa de enfermería y también su prometida. Ese amor que generó el invento sigue vigente hoy en forma de atención de los sanitarios a sus pacientes, según María Díaz, hija del doctor Joaquín Díaz Domínguez, jefe del servicio de Cirugía del Hospital La Paz de Madrid, quien falleció de coronavirus a pocos meses de su jubilación. Fue ella la elegida en el homenaje de Estado a las víctimas de la pandemia, ante los Reyes, para dirigirse al público.
Por último, han tomado la palabra la estudiante Dina Akrouh Ettaghadouini., quien ha ofrecido unas emocionadas palabras recordando los meses de confinamiento, y el delegado de Salud, Carlos Bautista, que ha destacado la entrega de una profesión tan vocacional y ha pedido a los asistentes al acto que se reafirmen en la promesa de la profesión sanitaria.
Y relacionado también con el juramento hipocrático, las reflexiones del decano Pablo Lara, quien ha recordado esta reflexión del padre de la Medicina: “Donde hay amor por el arte de la Medicina, hay amor por el hombre”