Una investigación liderada por científicos de la Universidad de Granada (UGR) señala que un suplemento de Coenzima Q10 (CoQ10), una molécula esencial para la vida que se sintetiza en las propias células de nuestros órganos y tejidos, pero que también se adquiere a través de la dieta, podría ser una opción terapéutica complementaria interesante en ciertas enfermedades mitocondriales, cáncer de colon, carcinoma tiroideo o enfermedad de Crohn.
Las dos funciones más conocidas de la CoQ10 son su participación en el proceso de generación de energía útil para las células y su capacidad antioxidante. En patologías variadas y a lo largo del envejecimiento, se produce un decaimiento de los niveles celulares de CoQ10, lo que contribuye a diversas manifestaciones clínicas, con mayor o menor grado de severidad.
Es por ello que la CoQ10 se puede adquirir de forma exógena en cápsulas que se adquieren en farmacias y herbolarios. No obstante, las acciones terapéuticas atribuibles al suplemento exógeno de la CoQ10 no se pueden explicar en su totalidad por sus efectos sobre la producción de energía o la reducción del estrés oxidativo.
En este estudio, publicado en la revista Human Molecular Genetics, los investigadores de la UGR demuestran por primera vez que el suplemento de CoQ10 es capaz de modular el metabolismo del sulfuro de hidrógeno celular, y ello desencadena a su vez cambios en otras rutas metabólicas importantes como la síntesis de serina, el ciclo del folato y el metabolismo de nucleótidos.
Algunas de estas rutas están alteradas en patologías diversas, como ciertas enfermedades mitocondriales, cáncer de colon, carcinoma tiroideo o enfermedad de Crohn, por lo que el suplemento de CoQ10 podría ser una opción terapéutica complementaria interesante en estas enfermedades.
Los investigadores de la UGR advierten de que este estudio tiene una limitación, dado que gran parte de los resultados se ha obtenido en cultivos celulares. Por tanto, habrá que evaluar en un futuro cómo se pueden obtener resultados similares in vivo, en modelos animales, para lo que habría conseguir aumentar la capacidad que tiene la CoQ10 para ser absorbida en el tracto gastrointestinal y distribuirse por los distintos tejidos diana.
Este estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Muscular Dystrophy Association (MDA) y la Unidad de Excelencia para el Estudio de los Trastornos del Envejecimiento (UNETE).