A la pregunta de si seríamos capaces de “capturar la imagen” de un agujero negro antes de evaporarse, el investigador y profesor de la Facultad de Óptica de la Universidad de Murcia (UMU) Óscar del Barco Novillo le ha dado una respuesta, pues ha propuesto un panorama astrofísico en el que sería posible.
En una investigación reciente, publicada en la revista británica Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, Novillo sugiere un escenario astrofísico en el cual “un agujero negro de tamaño atómico es capturado por otro supermasivo (de mayor masa)”, explica el investigador. El estudio se ha encargado de analizar la conexión entre estos agujeros negros con las emisiones energéticas del universo o ‘estallidos de rayos gamma’.
“Al acercarse el primero al horizonte de sucesos del segundo, la fracción de radiación de Hawking que podemos detectar desde la Tierra se va reduciendo progresivamente, hasta alcanzar el tamaño de un rayo de luz”, asegura el investigador.
Los ‘estallidos de rayos gamma térmicos’ podrían ser la prueba experimental de la existencia de estos agujeros negros de tamaño diminuto. Además, según diversos estudios, serían portadores de una parte de la materia oscura del universo, del que todavía queda mucho por descubrir.
La fotografía de un agujero negro
“La materia estelar gira a velocidades enormes alrededor del agujero negro y su brillo puede detectarse al alcanzar temperaturas del millón de grados centígrados”, asevera Novillo. Además, teniendo en cuenta que los agujeros negros que no ganan masa por otros medios terminan por evaporarse y desaparecer, se puede crear el escenario adecuado para capturar estos agujeros negros de pequeño tamaño.
Pero, ¿cómo se puede obtener la imagen de un objeto que atrapa la luz y que, por lo tanto, no permitiría ser visto? Oscar del Barco ha explicado que “no se observa el objeto en sí, sino los restos de una estrella que está siendo tragada por el agujero negro”.