El cerebro es la herramienta más avanzada del ser humano, y sin embargo aún queda mucho por descubrir sobre él. Hasta hace bien poco su función cognitiva ha ocupado la mayor parte de los estudios, pero desde hace unos años se está profundizando en su función emotiva. De la necesidad de conocer su funcionamiento y poner en práctica la inteligencia emocional para vivir mejor, se ha hablado este jueves, 4 de julio, en el Curso de Verano ‘Del cerebro al corazón. El viaje del bienestar’ de la Universidad de Almería que se desarrolla hasta mañana viernes en el Castillo de Santa Ana de Roquetas de Mar.
Dos de las protagonistas de la jornada han sido Federica Trombetta, conferenciante, escritora, doctora en Ciencias Médico-Forenses y especialista en Hipnosis Ericksoniana, quien ha impartido el ‘Taller práctico ‘La mente simbólica: memoria y creatividad’. La otra figura destacada del día ha sido Marta Ligioiz, médico especialista en Neurociencia, quien ha impartido una conferencia muy participativa titulada ‘Un viaje por el laberinto de nuestras emociones. Cambiando nuestra historia’.
Durante su ponencia Ligioiz ha explicado en la necesidad de unir cerebro y vida. “A veces se habla del cerebro y parece que es algo ajeno a la vida y lo que estamos demostrando desde la ciencia es cómo tenemos que usarlo para hacerlo práctico en nuestra vida, para ser más felices y poder autogestionar las capacidades que tenemos”. Para Ligioiz lo fundamental “no es saber qué nos ocurre, sino qué hacer con lo que nos ocurre, y para eso debemos saber cómo funciona nuestro cerebro”. Esto va a suponer “menos estrés y más salud. Además, las persona empezamos a sentir más empoderamiento y más capacidad para afrontar la vida”.
Ligioiz explica que es importante saber que podemos cambiar la plasticidad cerebral y algo a tener en cuenta por el sistema sanitario. “Saber que cuando una persona aprende a autogestionarse va a necesitar menos medicación o terminará sin necesitarla y sin ir tanto al médico. Pero tenemos que aprender a vivir, a gestionar nuestra vida”. Y esto, “afortunadamente se está haciendo desde la educación en niños pequeños a los que se les enseña gestión emocional y a desarrollar habilidades”. Esa infancia que está aprendiendo así “va a tener una vida más fácil, va a ser menos víctima, más protagonista de su propia vida y más cooperativa con los demás. Tendrá también más salud”.
Esta especialista en Neurociencia, indica que no hay que negar las emociones negativas, “decir no puedo sentir miedo o tristeza”, porque todas las emociones “están para ayudarnos a adaptarnos a la situación. Y sobre todo, las emociones que no nos gustan nos están diciendo qué nos está pasando o que nos hace falta ayuda. Por eso no debemos anestesiarnos emocionalmente”.
Por su parte, Federica Trombetta, ha impartido un taller de aprendizaje creativo en el que ha dado las pautas a los participantes para tomar consciencia de cómo es su forma de aprender y qué pueden hacer para mejorarla. “Todas las técnicas que he explicado se basan en la inteligencia emocional, en utilizar el consciente de las emociones para mejorar el aprendizaje y utilizar la memoria visual. Porque solemos estudiar y memorizar leyendo, pero hay que potenciar la memoria visual, despertarla a través de la fantasía, de la creatividad, de crear historias imaginarias, en definitiva, hacer una forma más divertida de aprender”.
Son técnicas fáciles de aprender que se pueden poner en práctica a cualquier edad. “Se pueden aplicar al estudio escolar, a las oposiciones, para memorizar una charla o simplemente para acordarnos de coger las llaves del coche antes de salir de casa”.
Para lograrlo, “lo primero es utilizar la fantasía, empezar a utilizar asociaciones paradójicas entre las cosas que queremos recordar. Si quiero recordar que quiero acordarme antes de salir de casa de si he apagado la plancha, debo crear una visualización paradójica entre el hecho de salir de casa y la plancha. Podría ser por ejemplo que una vez que abro la puerta de casa una plancha gigante me arrastra contra la pared. Así despierto la sorpresa y otras emociones que me hacen aprender”.
En cuanto a los estudios, Trombetta explica que hay técnicas muy poderosas para memorizar por ejemplo leyes. “Cuando nos preparamos unas oposiciones con las técnicas de memorización se puede transformar el estudio en algo divertido. Se pueden memorizar temas utilizando mapas mentales, apoyándonos en la parte visual, creativa y emocional, para que el proceso de aprendizaje sea más ameno”.