Aprovechando el estreno esta semana del ‘Episodio VIII: Los últimos Jedi‘ de Star Wars, el investigador del departamento de Filologías Inglesa y Alemana de la UGR Eduardo Segura, que es un experto en la saga, ha criticado los episodios I, II y III por perder la noción de ‘esperanza’ con la que comenzó la primera trilogía, aspecto éste que se ha recuperado en las últimas películas. Segura, además, también ha criticado las primeras películas de la saga por apostar por la tecnología y los efectos especiales en detrimento de la historia.
Eduardo Segura, ha destacado el hecho de que generación tras generación, Star Wars mantiene su éxito gracias a su nuclear vinculación narrativa con conceptos intemporales presentes desde la Biblia hasta Homero: el ser humano como viajero y la vida articulada en torno a un camino que debe afrontar para encontrar su lugar en el mundo. Para este profesor de la UGR, “Star Wars se inspira en el viaje del héroe, tal como este armazón narrativo es mostrado en las obras de Homero o Virgilio, en el poema de Gilgamesh, la Divina Comedia o incluso en la Biblia”.
Analizando la trayectoria de Luke Skywalker en Star Wars
Tomando esa fórmula, Eduardo Segura ha diseccionado la trayectoria del personaje Luke Skywalker en Star Wars. “El protagonista parte de una existencia acomodada, e incluso rutinaria, para emprender un viaje con un objetivo para el que no está preparado y que supedita su vida a un interés colectivo. Y aunque siempre tiene libertad para ignorar ese camino, al final decide tomarlo. De esta manera, el mito queda revitalizado por una manera de hacer cine puesta al servicio del relato”, comenta el profesor.
Como en la búsqueda de Ulises en la Odisea, surgen personas que nos ayudan, pero también obstáculos y “amenazas terribles, sobre todo para la esperanza, que es el quicio de todo lo humano”.
La primera película de la saga Star Wars, en el contexto de los años 70
Una nueva esperanza fue el título de la primera película, estrenada en 1977, una propuesta cinematográfica que contrastaba con el cine estadounidense de su tiempo, donde eran frecuentes películas sobre catástrofes que “mostraban una manera de entender las circunstancias históricas y el papel de Estados Unidos en ese momento como una potencia venida a menos, como el gigante con pies de barro”, comenta Segura, quien señala que Star Wars funcionó gracias a la idea que le daba título, como elemento catalizador de las expectativas de una generación que trataba de liberarse de un contexto tan complejo como los convulsos años 70 del pasado siglo.
La saga, en su concepción original, canaliza una dinámica de tensión en los personajes, que a través del viaje iniciático deben decidir entre la elección de los errores cometidos por sus antecesores o la asunción de la Fuerza, concepto emblemático de Star Wars, capaz de redimirlos de los errores del pasado y expresión última de la esperanza para transformar la realidad.
Esta noción se perdió en los episodios I a III, critica Segura, señalando que “George Lucas, desencantado con su propia creación y según sus propias afirmaciones, quiso eliminar la idea trascendente de la Fuerza y vincularla a una cuestión más biológica que mítica”. Pero la esperanza vuelve a centrar la narración en las últimas películas, el Episodio VII: El Despertar de la Fuerza y, sobre todo, el ‘spin-off’ Rogue One.
Por los elementos intemporales que contiene, aunque se ha afirmado de Star Wars que es una ‘fantasía espacial’, es más acertado subrayar que su narrativa, profundamente humana, “podría prescindir de la puesta en escena sin perder un ápice de su carácter análogo a la existencia del ser humano contemporáneo”, explica el profesor de la UGR.
La Universidad de Granada, a través de la Oficina de Gestión de la Comunicación, ha elaborado un vídeo en el que el profesor de la UGR reflexiona sobre estas cuestiones:
Esta semana se estrena en los cines de todo el mundo el Episodio VIII: Los últimos Jedi, dirigida por Rian Johnson.