El Sistema de Gestión de Aceites Usados de España, SIGAUS, ha presentado balance de las cifras de recogida de aceite industrial usado registradas en Andalucía el año pasado, con una cantidad bruta de 22.150 toneladas de aceites usados, cerca de la mitad (el 46%) procedente de talleres de vehículos.
El aceite industrial se consume en numerosos ámbitos empresariales, desde talleres de vehículos e industrias, hasta sectores como el transporte, la construcción, o cualquier actividad en la que haya máquinas, engranajes, turbinas o compresores que requieran el uso de lubricantes para refrigerar, aislar o disminuir la fricción entre piezas. Desde el pequeño generador de energía de un hotel hasta la nevera industrial de un restaurante. Debido a esta diversidad de usos, la generación de aceites usados resultantes se da de forma muy fragmentada y dispersa en el territorio.
El volumen de aceite usado recuperado se trata de una cantidad mayor que la cantidad de residuo que finalmente es tratado, ya que incluye grandes cantidades de impropios, como agua o sedimentos. Sustancias que, durante el pre-tratamiento, han de separarse para facilitar su gestión final y que, de no gestionarse correctamente, podrían tener un elevado impacto ambiental.
Entorno rural
En el entorno rural, SIGAUS recogió aceites usados en casi 450 municipios, que suponen el 71% de los municipios totales donde se fue a recoger. Más de una cuarta parte de los establecimientos atendidos proceden de este ámbito, y en ellos se recuperaron 7.462 toneladas de residuo, que representan el 34% del total recuperado. Generalmente, se trata de zonas alejadas de los centros urbanos, lo que exige una compleja logística y donde la recogida es especialmente importante por el riesgo ambiental que se evita, ya que la mayoría de espacios protegidos se encuentran en este medio.
Gracias a un servicio de recogida de gran capilaridad, SIGAUS llega a zonas del territorio en las que reside poca población y están muy alejadas. Durante el pasado año, se recogieron aceites usados en 157 establecimientos ubicados en municipios a más de 1.000 metros de altitud, que generaron 175 toneladas de residuo. Para atender a estos puntos productores se tuvieron que realizar recorridos de 149 km de media.
Impacto ambiental
El aceite industrial usado es un residuo que, por su toxicidad, su escasa biodegradabilidad y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente, es considerado peligroso y muy contaminante. Los vertidos incontrolados provocan efectos nocivos sobre el agua y la tierra, y su combustión incontrolada conlleva la emisión a la atmósfera de gases tóxicos (con cloro, plomo…), con efectos muy negativos, poniendo en riesgo la supervivencia de especies vegetales y animales, que en algunos casos están en peligro de extinción.
Por ello, desde el punto de vista ambiental, es especialmente importante la recuperación del residuo en establecimientos que se ubican dentro de espacios protegidos, donde el riesgo es aún mayor. En estos entornos durante el pasado año se recogieron 500 toneladas de aceites usados, que se generaron en 548 establecimientos (como instalaciones que se encuentran en paradores de turismo, empresas de gestión de agua, clubes náuticos…), ubicados en 250 municipios con espacios protegidos.
La intervención de SIGAUS cobra su máximo sentido en la recogida en zonas donde habitan especies en peligro de extinción. En Andalucía existen actualmente 33 especies en peligro de extinción (entre flora y fauna) que habitan a tan sólo un perímetro de 10 km de distancia de establecimientos que generan aceites usados, y a las que hay que proteger del impacto negativo de este residuo peligroso. Se trata, por ejemplo, de mamíferos como el lince ibérico (Lynx pardinus) o el murciélago ratonero patudo (Myotis capaccinii), entre una amplia variedad de especies de aves, peces, invertebrados y flora vascular.
Beneficios ambientales de una correcta gestión
La cara amable de este residuo contaminante es que bien gestionado ofrece importantes beneficios ambientales, haciendo posible el ahorro de materias primas, energía y reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. Las buenas prácticas de los establecimientos que generan aceites usados hace posible que el residuo, una vez limpio de impropios, sea 100% aprovechado, ya sea como nuevas bases lubricantes o como combustible para uso industrial.
La cantidad neta finalmente gestionada y valorizada por parte de SIGAUS en Andalucía fue de 21.225 toneladas. Casi la totalidad del aceite usado, 19.010 toneladas (el 89,6%), se destinó a regeneración, un tratamiento prioritario en la gestión de los aceites usados que permite extraer aceites base utilizados en la fabricación de nuevos lubricantes. La cantidad destinada a este tratamiento permitió devolver al mercado 12.661 toneladas de lubricantes, una cantidad que podría servir para el llenado del cárter de 3,1 millones de turismos, el equivalente al 81% del parque móvil de turismos de Andalucía. En términos medioambientales, este tratamiento de los aceites usados hizo posible evitar la emisión a la atmósfera de 57.031 toneladas de CO2.
Los aceites usados que no fueron aptos para ser regenerados se trataron para su posterior valorización energética. El producto resultante es un combustible de uso industrial utilizado en centrales térmicas de generación eléctrica, cementeras, papeleras, equipos marinos, etc., evitando con ello la utilización de otros combustibles tradicionales como el fuel óleo. A este tratamiento se destinaron el pasado año 2.214 t que permitieron la generación de una energía equivalente a 24 GWh, equivalente a la consumida por el movimiento de todos los trenes del Metro de Madrid durante 24 días.