La Universidad de Almería (UAL) acoge las Jornadas de Bienestar Académico y Competencias Socioemocionales, actividad organizada por el Grupo de Innovación Docente ‘Neuropsicología y Educación’ con profesorado preuniversitario, en las que se han analizado los nuevos retos en el campos de la educación, y en la que ha participado profesorado de enseñanzas universitarias y preuniversitaria.
En la inauguración, las profesoras del Área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Almería, Nieves Fátima Oropesa y María Araceli Pérez, han realizado una contextualización general de la situación docente. Después, Ángela Carretero, maestra de Inglés y psicopedagoga, directora del CEIP ‘San Gabriel’ y coordinadora de Bienestar y Protección, ha ofrecido una charla con el título de ‘Mirada in&out. Bienestar infantojuvenil y competencias socioemocionales en los centros educativos’.
La siguiente parte se ha titulado ‘Experiencias educativas con el programa ‘Educar en 3 Ces’ (capacidades, competencias y corazón, entre otras)’. En esta mesa redonda han intervenido Ester María González, profesora de Inglés, además de coordinadora del Plan de Convivencia del Programa de Bienestar Emocional y del Programa ADA en el IES ‘Alto Almanzora’, de Tíjola, Francisco Javier Mortero, profesor de Inglés y coordinador de la Expedición de Aprendizaje ‘Transfilabres 2.0’ en el mismo instituto, Esteban García, maestro de Educación Infantil y coordinador del Ciclo de Educación Infantil en el CEIP ‘Trina Rull’, de Olula del Río, y también Nieves Rosa Martínez, maestra de Educación Primaria y coordinadora del Programa ‘3 Ces’ en el mismo colegio que el anterior.
En la apertura, María Araceli Pérez ha sido muy rotunda en su defensa del cambio de modelo en la educación, con un traslado a la práctica de resultados de investigación. Así, ha dicho que “en los últimos años se han aportado evidencias que podemos calificar de espectaculares por parte de la inteligencia emocional, la psicología positiva o la neurociencia, las cuales han demostrado que una educación emocional tiene efecto al desarrollar competencias sociales y emocionales, desarrollar climas favorables a la convivencia y al aprendizaje, al bienestar, a disminuir índices de ansiedad, estrés, depresión o de comportamientos agresivos, y a aumentar el rendimiento académico”. En eso último se ha detenido con el ejemplo de una investigación sobre más de 700 mil estudiantes que ha determinado que “las mejoras del rendimiento académico pueden llegar a ser de un 11%”. Así, “si España pusiera en práctica de forma fundamentada, con rigor y calidad, la educación emocional, en las pruebas PISA ocuparía primeros lugares internacionales”.
Como punto común, “a los que aquí nos encontramos nos une el deseo de una buena educación, de calidad, en la que se contemplen y se consideren variables psicosocioemocionales”, considerando “una educación integral hace unir, coordinar, integrar y promover tanto cuestiones cognitivas como también emocionales y sociales, para con ello formar alumnos competentes y felices, y sobre esto tratan estas primeras jornadas”. El siglo XX ha sido el de la gran alfabetización de la población, “actualmente, el reto del siglo XXI es dar el paso de la educación eminentemente cognitiva a incorporar de modo sólido y estructural la dimensión afectivo emocional”.
En cuanto a Nieves Fátima Oropesa, ha parafraseado a “un líder mundial en la educación”, Richard Gerver: “En la educación lo importante no es el resultado, sino la experiencia educativa, el viaje”. Llamada a la reflexión que ella misma ha hecho siendo una profesional de la educación, ha recordado que la misma es “un proceso bidireccional, que va del alumno al profesor, del profesor al alumno, mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar, así que la educación no solo se produce a través de la palabra, sino que está presente en las acciones, los sentimientos y las actitudes”.
En el modelo de educación por competencias, fondo de acción de su grupo de innovación docente, “el acento recae no tanto en los conocimientos actuales o conceptuales, sino también en los conocimientos procedimentales y actitudinales”. Ha explicado que “desde este ángulo, se concede especial relevancia a la planificación de la instrucción, al diseño de actividades formativas y empíricas donde el profesorado tendrá que invertir gran parte de su tiempo, se pone el acento en el antes, y desde esta perspectiva el profesorado evidentemente actúa como guía en el proceso de enseñanza-aprendizaje”.