Una investigación en la que participa la Universidad de Granada (UGR) ha sido seleccionada por la revista norteamericana Physics World, entre los 10 avances científicos más importantes del mundo en el ámbito de la Física. Se trata de una observación que demuestra que los rayos cósmicos de muy alta energía son de origen extragaláctico, un estudio en el que ha participado el catedrático del Departamento de Física Teórica y del Cosmos de la UGR Antonio Bueno Villar.
El trabajo nominado en estos premios, que publicó la revista Science, consiste en una observación que estos rayos cósmicos de muy alta energía, un millón de veces superior a la de los protones acelerados en el acelerador de partículas de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, son de origen extragaláctico, es decir, proceden de más allá de la Vía Láctea.
Desde que en los años sesenta se estableció la existencia de rayos cósmicos extremadamente energéticos se ha especulado sobre la posibilidad de que estas partículas se produzcan tanto en nuestra galaxia como en lugares mucho más remotos. La investigación desarrollada resuelve este viejo misterio, más de medio siglo después, con la detección de partículas con una energía media de 2 julios en el Observatorio Pierre Auger en Argentina, al confirmar que la cantidad de partículas que llegan en una dirección, alejada 120 grados del centro de nuestra galaxia, es un 6% mayor que en la dirección opuesta.
El grupo de la Universidad de Granada que participa en este proyecto, dirigido por el profesor Antonio Bueno Villar, centra su interés en entender qué tipo de núcleos componen el flujo de rayos cósmicos ultraenergéticos que bombardean la atmósfera. Estas medidas son esenciales para identificar cuáles son las fuentes de producción de esta radiación cósmica.
El grupo ha usado los tiempos de llegada a los detectores de superficie del Observatorio Auger
Usando los tiempos de llegada de las partículas a los detectores de superficie del Observatorio Auger, el grupo de Granada ha obtenido una primera evidencia experimental de que, a las energías más extremas, el flujo parece contener partículas ligeras (protones). Esta información hace aún más relevante la mejora de los detectores de superficie, AugerPrime, pues incrementa las posibilidades de resolver en un futuro próximo el misterio del origen de las partículas más energéticas jamás detectadas.