¿Es realmente posible que la estatura media de la mayoría de nosotros este relacionada con la ingesta de muchos productos que provienen de ciertas plantaciones agrícolas? Los resultados del estudio realizado por la Universidad de Murcia (UMU) y la Universidad de Zaragoza, publicado este mes por la revista Social Science History (Cambridge University Press), evidencian que las poblaciones que vivieron en las áreas de regadío eran más altas que las de secano en la España mediterránea.
La ventaja de la altura promedio observada en el regadío se amplió con el desarrollo de la agricultura intensiva y orientada a la exportación desde mediados del siglo XIX y, aunque se redujo en las primeras décadas del siglo XX, la brecha regadío-secano persistió hasta las cohortes que nacieron a lo largo de 1960.
Con una amplia base de datos de tallas masculinas de las generaciones nacidas entre 1840 y 1965, los autores destacan la importancia que tiene para el bienestar físico, la salud y la nutrición; la dotación de infraestructuras de recursos hídricos que mejoraron la calidad de los suelos cultivados con mayores ganancias de productividad. Los datos también muestran que la desigualdad de las estaturas era mayor en el secano, donde la dieta era menos variada que en el regadío. Solo en la década de 1940 aumentó la desigualdad en el regadío más que en el secano, que los autores explican por las dificultades que ocasionaron las políticas autárquicas de Franco en la renta de los hogares familiares por el desplome de las principales exportaciones agrarias en los mercados internacionales.
Este estudio, elaborado por el investigador de la UMU José M. Martínez Carrión junto a su equipo compuesto por María Isabel Ayuda y Javier Puche, de la Universidad de Zaragoza, contribuye a mejorar nuestro conocimiento sobre el impacto que tuvo el desarrollo económico en los estilos de vida y la desigualdad de la salud nutricional en la España contemporánea. Se ha prestado mucha atención al impacto de la industrialización y la urbanización en los niveles de vida, pero menos a las disparidades existentes en el mundo rural y cómo cambiaron con el desarrollo agrario durante la modernización económica.
Los resultados del estudio coinciden con otros muchos que tratan de evaluar la calidad nutricional de la dieta y el entorno ambiental a partir de las condiciones de agua, saneamiento e higiene (en inglés, WASH: water, sanitation, and hygiene) que afectan al crecimiento infantil, principalmente en el mundo en desarrollo. Sin embargo, como otros estudios basados en fuentes del reclutamiento militar, tiene limitaciones por el sesgo de género. El trabajo forma parte del proyecto de investigación DESPOBES, liderado en los últimos años por la UMU.