¿Qué aplicaciones tienen las microalgas producidas en el Mar Menor?

La Universidad de Murcia ha analizado las diatomeas del Mar Menor, “el grupo más diversificado de algas”, para examinar sus posibles usos de interés comercial mediante la obtención de compuestos de valor añadido.

La Universidad de Murcia (UMU) ha puesto en marcha un proyecto financiado por la Fundación Séneca para estudiar los compuestos de valor añadido de las algas del Mar Menor, en concreto de las diatomeas. El interés comercial que suscitan viene dado por su posible aplicación en la medicina, la cosmética o la nutrición.

A su vez, esta investigación también ha puesto el foco en la introducción de la biorremediación, es decir, la utilización de seres vivos (en este caso, algas) para la recuperación o regeneración de ecosistemas sometidos a algún tipo de impacto ambiental. Un ejemplo de ello es la contaminación que actualmente sufre la laguna salada de la Región de Murcia a causa del incesante aporte de nutrientes procedentes de los fertilizantes de la agricultura.

La investigadora de la UMU, Marina Aboal, explica que uno de los objetivos de este estudio ha sido “unir la regeneración ambiental con la obtención de productos en medicina, nutrición o cosmética, entre otras aplicaciones”. Muchas de las especies estudiadas contienen ácidos grasos insaturados (omega-3) en particular, que son cardioprotectores y antiinflamatorios. También se han detectado vitaminas del grupo B (activadoras del metabolismo), vit D (antioxidante), vit K (antivoagulante) y vit D (regulador óseo), declara.

Asimismo, en este estudio se ha detectado una “importante actividad de enzimas antioxidantes que podrían tener interés biotecnológico en distintos procesos”, expone la catedrática de la UMU. “Además, hemos iniciado la investigación de los inhibidores naturales en importantes enfermedades humanas, como la diabetes, la obesidad, el alzheimer, el melanoma o la trombosis vascular”.

Dentro de los usos de la cosmética se han encontrado, aclara Aboal, los protectores frente a radiación UV, polifenoles y carotenoides; estos dos últimos también utilizados en la nutrición, por sus características antioxidantes.

Las microalgas y su ecosistema

Las microalgas necesitan consumir grandes cantidades de nutrientes, como compuestos de nitrógeno y fósforo, para crecer. A su vez y de forma paralela, estos microorganismos también pueden acumular otros contaminantes presentes en el medio.

“En el Mar Menor es importante la presencia de metales pesados, procedentes del lavado de terrenos mineros; estos, se depositan en la superficie de las algas facilitando la depuración del agua”, resalta la investigadora. “La biomasa obtenida debería someterse a distintos tratamientos, en función del uso a la que quiera destinarse”, explica Marina Aboal en relación con el estudio de las diatomeas.

Resultados de la investigación en profundidad

En el trabajo se ha podido constatar la síntesis de un número importante de compuestos, entre los que cabe destacar “por su interés a diversos niveles”: los pigmentos (fucoxantina entre ellos), ácidos grasos poliinsaturados (omega-3 y omega-6), protectores frente a radiación ultravioleta (micosporinas), diversos tipos de antioxidantes, etc.

También se han realizado extractos de varias diatomeas para poner a punto los métodos analíticos. La investigadora certifica que se ha “podido constatar la presencia de todos los compuestos que se mencionan, y cuya concentración podría aumentarse modificando y mejorando las condiciones de cultivo, para su utilización en cosmética, medicina, nutrición, acuicultura…”, asegura. Con esto han descubierto, por ejemplo, que cambiando la proporción de nutrientes, se puede activar la síntesis de grasas; o que aumentando la intensidad luminosa o exponiéndolas a radiación UV, se puede inducir la elaboración de micosporinas protectoras.

Hasta el momento, los investigadores e investigadoras han conseguido aislar un buen número de especies de distintas localidades, adaptándolas a las condiciones de cultivo. Aboal determina, además, que estas muestras se han recolectado en toda la laguna, “aunque el mayor esfuerzo se realizó en las zonas más afectadas por los vertidos y de influencia de las ramblas”, asevera.

Además de incrementar el conocimiento de la biodiversidad, “los datos obtenidos van a llenar un hueco importante”, asegura Marina Aboal, “ya que la mayor parte de la información biotecnológica de que se dispone procede de unas pocas especies, a pesar de que el grupo de las diatomeas es el grupo más diversificado de las algas”.

Todos las especies aisladas han sido incorporadas a la colección de cultivos MAESE (Microalgas edáficas del sureste). Además, se ha ensayado “con éxito” el cultivo de consorcios de especies que, esperan “puedan suponer mejorar tanto en el crecimiento de las especies implicadas como en su composición química”. Estos consorcios están constituidos por una diatomea y otra microalga perteneciente a diferentes especies.

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