¿Qué sería del ser humano sin el sistema inmune? probablemente moriría más rápido a causa de infecciones, virus y enfermedades, pues este –conformado por órganos como la piel, las amígdalas, el bazo y la médula ósea– es la base de protección del organismo, y en él juegan un papel fundamental las proteínas. Entre estas últimas están las citoquinas, que son fundamentales para atacar tumores, y se han encontrado dos que se pueden producir más gracias a los péptidos, moléculas diseñadas en laboratorio.
El sistema inmune es una defensa única, y una de las razones por las que funciona tan bien es la genética, pues los genes son los encargados de expresar moléculas como las citoquinas, término que hace referencia a producir más de algo, y por diferentes causas los genes permiten que dichas proteínas se activen en mayor medida durante enfermedades como el cáncer. Es como si un gen le “dijera” algo a una citoquina, esto le generara confianza y se expresara más.
Y aquí está la clave para que se hable de una molécula en el laboratorio que puede mejorar este proceso, pues la investigadora Jenny Botero Buitrago, magíster en Bioquímica de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), puso a prueba secuencias cortas de proteínas llamadas péptidos para ver si estas ayudaban a aumentar la producción de citoquinas. Su trabajo estuvo dirigido por el profesor Mauricio Urquiza Martínez, de la Facultad de Ciencias.
Básicamente un péptido es la unión de algunos aminoácidos, pequeñas piezas que componen las proteínas, y la experta utilizó secuencias que estaban en la envoltura del virus de Epstein-Barr, “que probablemente el 95 % de las personas lo ha contraído en algún momento de su vida, pues es una virosis muy común”, según la investigadora.
Ella se fijó en este virus porque se ha reportado que algunas de sus proteínas tienen una acción contundente sobre moléculas como las citoquinas, y por ende sobre el sistema inmune. Para eso evaluó su acción en muestras de sangre de personas sanas, proporcionadas por el Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Investigación en Salud (IDCBIS), en convenio con el grupo de Inmunología y Medicina Traslacional de la Facultad de Medicina de la UNAL.
Lo que encontró es una forma de demostrar que esta es la vía correcta para tener a futuro tratamientos menos invasivos y más eficientes para pacientes con enfermedades como el cáncer.
“En la mayoría de ensayos en los que las células se pusieron en contacto con los péptidos, la expresión de algunas citoquinas aumentaba el doble; incluso, y de manera inesperada, aumentan su producción hasta 100 veces, pero aún se necesita mucha más investigación para comprobar que esto puede ocurrir en otros casos”, asegura la magíster.
Existen distintos tipos de citoquinas, y en este estudio se analizaron cerca de 6 para ver cómo se expresaban sus genes. Se encontró que 2 de ellas aumentaron más su producción. Estas forman parte de las llamadas proinflamatorias, que ayudan a que el sistema inmune tenga una respuesta mediante la inflamación en infecciones, tejidos dañados, o cáncer, por ejemplo.
La experta cuenta que se extrajo el ARN de las muestras de sangre, especialmente de los glóbulos blancos, para analizar y poner a prueba los péptidos. Esto se realizaba en cultivos celulares (cultivo controlado de las células junto las moléculas diseñadas en laboratorio) de 6 a 24 horas. Algunos métodos utilizados fueron la citometría de flujo y la microscopía de fluorescencia, en las que gracias a un láser y a colores distintos que identifican propiedades de la luz en los grupos celulares presentes allí.
Según la OMS, en 2021 se presentaron cerca de 20 millones de nuevos casos de cáncer en el mundo, por lo que encontrar un método que tenga cada vez menos efectos secundarios (nauseas, problemas gastrointestinales, debilidad y poca protección en la sangre) es uno de los grandes objetivos de la ciencia, y esta investigación aporta una pequeña parte al entendimiento de cómo fortalecer el sistema inmune y generar a futuro un fármaco menos invasivo y más localizado.
“Otro hallazgo importante fue que estos péptidos también hacían que se expresaran más células dendríticas, piezas clave para el sistema inmune, pues estas alerta en caso de que haya sustancias tóxicas o desconocidas como bacterias o virus y las eliminan; además, ayudan a aumentar la tolerancia y protección frente a enfermedades como el cáncer y los tumores que se generan”, recalca la experta.