La muestra ‘Despliegues, de mi ventana al horizonte’ es una invitación a mirar el mundo a través de la ventana del dormitorio de la artista.
‘Despliegues, de mi ventana al horizonte’, de la malagueña Patricia Collado, es la nueva propuesta de la Sala de Exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Málaga hasta el próximo 18 de marzo, un proyecto multidisciplinar en el que la artista sitúa la ventana de su dormitorio como eje para desarrollar una particular investigación artística en torno a elementos que forman parte de su paisaje cotidiano.
Horizontes marítimos, barcos, árboles, montañas o pájaros posados sobre cables forman parte de un proyecto instalativo, fotográfico y audiovisual, en el que la artista hace todo un ejercicio de investigación sobre la propia construcción de las imágenes y sus posibilidades narrativas.
La exposición consta de un conjunto de instalaciones en las que utiliza como soportes libretas, fotografías y proyecciones de video. “Asistimos a una visión panorámica, un paseo de cámara que a modo de espejo nos devuelve la mirada en la que, en un giro accidental, el dormitorio se convierte en cámara oscura y la ventana en diafragma, de manera que Collado expone sus propios códigos, revela sus modos de mirar y registrar las imágenes en el tiempo”, explica el profesor de la UMA y comisario de la exposición, Javier Artero.
Así Collado, mediante la acción de asomarse a través de este marco, a la espera de que pase algo, recoge pequeñas variaciones del paisaje: un pájaro que se posa sobre una antena, una persona que cruza una calle, una hoja que cae sobre una piscina… “Para capturar estas escenas, que a menudo acontecen a kilómetros, la artista hace uso de unos prismáticos adheridos a una polaroid a modo de cámara con teleobjetivo”, explica Artero.
Los últimos años de la investigación de Patricia Collado, graduada y máster en Producción Artística Multidisciplinar por la Universidad de Málaga, ha girado en torno a las posibilidades narrativas de la fotografía en formato libro y libreta, donde plantea cruces de registros y disciplinas como el cine, el cómic o la fotonovela. Para ello experimenta con complejas encuadernaciones contenedoras de relatos que se relevan mediante la acción del pase de página y otras interacciones entre las manos y la imagen impresa. De este modo la mano interviene en la acción para activarla, detenerla o interrumpirla, desafiando a las estructuras rígidas y piramidales.