Científicos del departamento de Ecología de la Universidad de Granada han diseñado una nueva técnica para mejorar la calidad de las aguas residuales tratadas mediante el uso de partículas magnéticas que consiguen reducir la concentración de fósforo en el medio acuático y ser recuperado como fertilizante, un trabajo con el que se pretende reducir el impacto antrópico sobre el medioambiente. Los resultados han sido publicados en la revista internacional Chemosphere, una de las más prestigiosas en el ámbito científico de las Ciencias Ambientales.
Se trata del proyecto de investigación “Restauración de ecosistemas acuáticos mediante nanopartículas magnéticas: efectos ecotoxicológicos y recuperación del fósforo como fertilizante”, cuya investigadora principal es Inmaculada de Vicente, profesora titular del departamento de Ecología y miembro del Instituto del Agua de la UGR.
La investigadora señala que la eutrofización o enriquecimiento en nutrientes inorgánicos es uno de los principales problemas que afecta a la calidad del agua de los humedales mediterráneos.
Esta investigación se ha realizado en la Reserva Natural de la Laguna de Fuente de Piedra, en Málaga, la más grande de Andalucía y la segunda de España, que recibe el vertido de aguas residuales tratadas de diversas Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR).
Inmaculada de Vicente recuerda que para optimizar la calidad de estas aguas residuales se construyeron en el año 1999 varias lagunas semi-naturales por las que circula el agua previamente antes de ser vertida a la laguna. “A pesar de la mejora sustancial que se ha observado en la calidad del agua, la concentración de nutrientes que llega a la laguna sigue siendo muy elevada. De ahí la necesidad de aplicar métodos adicionales que mejoren aún más la calidad del agua y, por tanto, reduzcan el “estrés” por eutrofización al que está sometida la laguna de Fuente de Piedra en la actualidad”, apunta la profesora de la UGR.
Partículas de hierro
En este contexto, surge este trabajo en el que se evaluó la eficiencia del uso de adsorbentes magnéticos para reducir la concentración de fósforo del agua residual tratada. El procedimiento consiste en añadir partículas de hierro al agua, caracterizadas por una elevada magnetización y elevada capacidad de adsorción de fósforo) y, posteriormente, estas partículas junto con el fósforo adsorbido son retiradas del medio mediante separación magnética de alto gradiente.
“Como resultado obtenemos, por un lado, un agua de “mejor calidad” -indica la profesora-, y, por otro, se recuperan las partículas magnéticas con el fósforo adsorbido, pudiéndose como fertilizante”.
Sin lugar a dudas, uno de los resultados más importantes ha sido la aproximación económica realizada con objeto de identificar la dosis óptima de partículas magnéticas a adicionar. Esta dosis permite conseguir el máximo beneficio, es decir, una elevada eficiencia en la retirada de fósforo, y el mínimo coste puesto que las partículas magnéticas pueden reutilizarse hasta en 4 ciclos de adsorción.
Este estudio supone un paso más en el trabajo que se inició hace una década. El equipo de investigación está formado por Inmaculada Álvarez-Manzaneda Salcedo y otros miembros del grupo de investigación de “Redes Tróficas Pelágicas” como Luis Cruz Pizarro, catedrático de Ecología de la UGR; y de otros investigadores como Juan de Vicente, catedrático de Física Aplicada de la UGR; Francisco Guerrero, catedrático de Ecología de la Universidad de Jaén y Manuel Rendón-Martos, miembro de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía.