Los neandertales tenían una inteligencia y una capacidad simbólica muy parecida a la de los humanos modernos. Unas conchas perforadas y pintadas demuestran que los neandertales construían abalorios.
Primitivos, poco inteligentes, especie inferior, sin capacidad de pensamiento simbólico… Éstos son algunos de los calificativos que la comunidad científica y la sociedad en su conjunto ha dedicado a los neandertales.
Desde su descubrimiento a mediados del siglo XIX en Alemania, la sociedad se ha negado a incluir a los neandertales en el mismo grupo que el humano moderno, que el homo sapiens. Sin embargo, los últimos descubrimientos en diversas cuevas del sur de la Península Ibérica y, más concretamente, en varias ubicadas en la Región de Murcia están poniendo en tela de juicio esta concepción decimonónica del neandertal.
Neandertales con capacidad de pensamiento simbólico
Recientemente, un grupo internacional liderado por el investigador de la Universidad de Barcelona, Joao Zilhão, y que cuenta con la colaboración de la investigadora de la Universidad de Murcia, Josefina Zapata, comprobó que una serie de conchas aparecidas en la cartagenera Cueva de los Aviones tienen restos de pigmentos y unos agujeros en la parte superior, que bien podía haber servido para engarzar estas piezas en una suerte de collar. Son un conjunto de piezas custodiadas en el Museo Arqueológico de Cartagena, con una edad comprendida entre 115.000 y 120.000 años, mucho tiempo antes de que llegaran los humanos modernos procedentes de África.
Por si no fuera suficiente, otra investigación en la que participa Joao Zilhão y publicada por la prestigiosa revista Science, ha permitido comprobar que una serie de pinturas de arte parietal fueron realizadas por grupos de neandertales.
Las pinturas rupestres más antiguas del mundo
Estas muestras de pintura parietal fueron halladas en una cueva de la localidad malagueña de Ardales y se estima que su antigüedad puede ser de unos 65.000 años. Estos restos de pintura rupestre y de lo que se puede llamar sin miedo a equivocarse arte prehistórico se unen a otros aparecidos en las cuevas de La Pasiega (Cantabria) y Maltravieso (Extremadura), también de una antigüedad estimada de entre 64 y 65 mil años.
Una raza de la especie humana
Son las pruebas que muchos investigadores esperaban para poder afirmar con rotundidad que los neandertales no eran una especie inferior, sino más bien una raza, tal y como defiende Joao Zilhão.
Para Josefina Zapata, estos trabajos suponen un descubrimiento importante, “que tendrá una gran repercusión en la comunidad científica y, espero que, un enriquecedor debate, porque ofrece las pruebas del arte parietal más antiguo y también atribuido a los neandertales. Estos hallazgos implicarán una revisión de las teorías planteadas hasta el momento sobre el origen del pensamiento simbólico y de las primeras capacidades artísticas de los humanos”.
Inteligencia similar a la de los humanos
Y ahí está la clave de la nueva revisión de las teorías científicas que subyace en estos nuevos descubrimientos. En valorar la capacidad de pensamiento simbólico de las poblaciones neandertales, un rasgo que históricamente se les ha negado y sobre el que ahora no dejan de salir evidencias.
“Lo que define al ser humano es la inteligencia y la cognición, de ahí que se nos llame homo sapiens”, explica Joao Zilhão, que pone muy en cuestión que los neandertales fueran menos inteligentes que los primeros humanos, menos “primitivos” como se les llamaba en la época en la que fueron descubiertos y en la que solamente se tenían sus fósiles, no se conocía nada de su arqueología y, por tanto, de su forma de vivir.
“A medida que los conocimientos han ido avanzando, han empezado a aparecer pruebas de que los neandertales no se diferenciaban tanto en cuestiones de conducta de otras humanidades fósiles o de esas poblaciones africanas planteadas como el origen de la humanidad, a partir de un proceso de especialización y expansión por el resto del mundo”, dice este investigador de la Universidad de Barcelona.
Los neandertales tenían ritos similares a los de los humanos
En diferentes yacimientos arqueológicos, muchos de ellos localizados en la Región de Murcia, han aparecido evidencias de que los neandertales enterraban a sus muertos. Además, por lo que se conoce, desde el punto de vista de la subsistencia no se diferenciaban mucho de los humanos modernos que se instalaron en la Península Ibérica hace unos 40.000 años. Tenían una tecnología de trabajo de la piedra muy avanzada, así como del uso del fuego que, aparte de para calentarse y cocinar, lo empleaban para transformar materiales, como los pegamentos que fabricaban para pegar puntas de piedra sobre astiles de madera para cazar o cortar la carne y la piel de los animales.
“Para muchos arqueólogos y paleoantropólogos, este concepto de neandertales menos inteligentes hace mucho que dejó de tener sentido. Sin embargo, sigue siendo una opinión muy seguida en parte de la ciencia y la opinión pública ve a los neandertales como otra especie. Y ese concepto cuesta mucho revertirlo, a pesar de las pruebas científicas”, afirma este investigador de la Universidad de Barcelona.
Momento para reescribir la Prehistoria
Se está en un momento clave para el estudio de las primeras sociedades de humanos, en una fase de reescritura de parte de la Prehistoria, para dar la importancia que se merecen a unas sociedades que, sin duda, contaron con una capacidad de pensamiento simbólico muy similar al de los seres humanos de aquella época.
Estos descubrimientos “contribuyen a erradicar esa visión tradicional y generalizada que se ha tenido sobre la incapacidad de los neandertales, y demuestra cómo los humanos anatómicamente modernos y los de tipo neandertal utilizaban símbolos para comunicarse. Además, abre la puerta a la posibilidad de que este comportamiento tenga un origen en grupos arcaicos más antiguos”, según recalca Josefina Zapata.
Neandertales, una población europea
Los neandertales fue una población fundamentalmente europea. Vivieron aproximadamente hace entre 230.000 y 28.000 años. Anatómicamente, los neandertales eran más robustos que el hombre moderno, con un tórax y cadera anchos y extremidades cortas. Su cráneo se caracteriza por su doble arco superciliar, frente huidiza, la ausencia de mentón y una capacidad craneal superior al humano moderno.
Se calcula que su población pudo alcanzar el millón de individuos y que, cerca de la mitad de todos ellos vivieron en la mitad sur de la Península Ibérica. En esta zona encontraron un ambiente mucho menos hostil en una época marcada por las glaciaciones. Se encontraron un clima más benigno y unas condiciones ambientales favorables, que propiciaron que fueran los últimos neandertales en desaparecer. Según explica el catedrático de Evolución Vegetal de la Universidad de Murcia, José Carrión, los neandertales se encontraron con una región que poco tenía que ver con la actual. Lo que hoy día es un territorio árido, amenazado por la desertización, en aquella época era un entorno rico en biodiversidad, con un aspecto similar al que hoy tiene la Sierra de Cazorla, y que les proveía de alimento variado.
José Carrión participó en una investigación sobre unas inscripciones aparecidas en la pared de una cueva de Gibraltar, atribuidas a un grupo de neandertales y en las que se ponía de manifiesto la capacidad simbólica de esta población. Su trabajo consistió en una reconstrucción del paleoambiente que se encontraron estos neandertales, a partir de los restos de polen incrustados en el entorno de las marcas, cuyo origen se remonta a hace unos 40.000 años.
Ambiente favorable y mucho alimento
Con este ambiente favorable y un clima más suave que en el resto del continente europeo se entiende que la zona sur y Este del país acojan los yacimientos donde están apareciendo la cultura neandertal y sus capacidades.
El catedrático emérito de la Universidad de Murcia, Michael J. Walker, ha sido el investigador principal de tres proyectos en la Cueva Negra y Sima de las Palomas, ambas ubicadas en la Región de Murcia, concretamente en los municipios de Caravaca de la Cruz y Torre Pacheco, respectivamente. Sus años de estudio le han permitido comprobar cómo muchas de las cuevas de este entorno del Sureste peninsular están ‘preñadas’ de restos de los neandertales.
Sima de las Palomas y Cueva Negra
“La Sima de las Palomas del Cabezo Gordo ha proporcionado restos de una docena de individuos neandertales, de los que tres ofrecen restos del esqueleto en estado de conexión anatómica fechados entre hace 55.000 y 50.000 años por varias metodologías radiométricas. Los restos neandertales más antiguos proceden de niveles inferiores fechados entre hace 130.000 y 100.000 años”, explica este experto. Y no son los únicos, ya que la Cueva de los Aviones, en Cartagena, situada apenas a treinta kilómetros de la Sima de las Palomas ha proporcionado “conchas marinas perforadas, una con residuos de pigmento, en un conjunto musteriense fechado en 115.000 años, y otra concha marina con residuos de pigmento fue excavada en el conjunto musteriense de la Cueva de Antón de Mula a unos cien kilómetros de la costa, fechado en más de 40.000 años”.
Estas evidencias ponen de manifiesto su inteligencia y su capacidad de adaptación a un entorno hostil. Sin embargo, todavía no se conoce con precisión los motivos que llevaron a su extinción. Todo apunta a que se produjo una hibridación con los humanos que llegaron de África, hasta el punto de que los rasgos de este último acabaron por imponerse en la genética de la población de la época.
Se mezclaron con los humanos y desaparecieron
Y los grupos que no se mezclaron se extinguieron sin más. “De la misma manera que desaparecieron los vikingos de Groenlandia en el siglo XV ocurrió con los neandertales, pero hace unos 30.000 años. Eso no quiere decir que los vikingos fueran menos inteligentes o una especie distinta. Las poblaciones se extienden y se extinguen, por diversas razones de éxito demográfico, adaptación…”, explica Joao Zilhão.
Los neandertales no soportaron la presión de los humanos que llegaron del continente africano después de cruzar más de media Europa, se mezclaron con ellos y protagonizaron una de las historias de supervivencia más apasionante. Hoy día toca revisar los libros de Historia y modificar el relato que se ha contado en las escuelas e institutos, para que las nuevas generaciones conozcan el desarrollo alcanzado por los neandertales. Y también que dejen de considerarlos primos lejanos, para empezar a tratarlos como hermanos, como seres de una misma especie, que tuvieron unos rasgos diferentes.