Nahiko Azurmendi da una particular visión de El Ejido en su última muestra pictórica

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Los cuadros de Azurmendi dan una visión muy particular de El Ejido.

Se llama Nahiko, pero no es japonés, sino un vasco apasionado por la transformación que ha vivido el Campo de Dalías en los últimos 30 años. Este tema le ha llevado a reflexionar y a expresar a través de la pintura las sensaciones que le produce este mar de plásticos. Ahora, Nahiko Azurmendi expone, hasta el 6 de julio, su visión de El Ejido en el vestíbulo del Auditorio del municipio del Poniente.

La exposición es un botón de muestra de ese interés del pintor vasco en la que ofrece su particular visión del Campo de Dalías: el sudor en los invernaderos de El Ejido, el goce del salitre marino de Almerimar y la firmeza roqueña del alpujarreño. Estas estampas se ven acompañadas de los retratos de personas que han tenido algo que ver en este último tramo de su camino.

Nahiko Azurmendi nació en París en el año 1973. Se graduó en el centro Star Valley de la ciudad americana de Wyoming en el año 1991. Posee la licenciatura en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco en 1999. Obtuvo una Beca Erasmus en Beaux Arts de París en el curso 1997/1998 y posee estudios de grabado calcográfico con el maestro Baroja Collet (Deba 1999). Retratista del Claustro profesoral de la facultad de Bellas Artes de Bilbao.

Ha sido premiado durante varios años con diversas menciones especiales en distintos concursos de pintura al aire libre.

En 2007 consiguió el tercer premio en el concurso de pintura erótica de Bullas (Murcia), en 2002 el primer premio en el concurso de pintura rápida “Chillida Leku”, y en 1991 obtuvo el primer premio en el Wyoming State High School Art Symposium. Ha participado en exposiciones colectivas e individuales, siendo sus dos últimas las realizadas en 2006 en El Ejido y en Almería en 2005.Gran parte de su obra ha sido realizada por encargo y la gran mayoría son retratos, algunos de los cuales se encuentran en colecciones particulares en el extranjero. Emigró en el año 2006 a la Alpujarra almeriense, concretamente al pueblo de Alcolea, donde reside y crea su obra, habiendo colaborado en sendos talleres de pintura en los municipios de Bayárcal y Paterna del Río. Su pintura se interesa en recoger sentimientos y emociones que emergen de las condiciones de vida y de trabajo de lo humano, así como sus expresiones del alma, cuya imagen primordial la revela siempre el rostro.

 

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