Visibilizar el VIH y en particular el estigma que lleva asociado. Ese es el objetivo de la reunión que han organizado la UNED y SEISIDA bajo el lema de “Hacer VIHsible lo invisible” y que ha inaugurado el ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, junto con Ricardo Mairal Usón, rector de la UNED, y Alejandro Higueras Mata, decano de la Facultad de Psicología de la UNED.
En su intervención, Miñones ha destacado el papel del movimiento asociativo del VIH en España, al que ha calificado como “uno de los referentes del VIH en nuestro país” y del que ha resaltado su “compromiso con la justicia social”. Además, ha añadido, “es crucial para las acciones del Ministerio”. El ministro ha garantizado el compromiso en esta etapa, como se hizo con la anterior ministra, Carolina Darias. “Ese es mi compromiso personal”, ha dicho.
“La infección que causa el VIH ha ido despareciendo de la conversación. De alguna manera, es como si el VIH se hubiera dado por amortizado y se está haciendo cada vez más invisible”, ha advertido José Antonio Pérez Molina, presidente de SEISIDA y copresidente de la reunión. Pero nada más lejos de la realidad. Se calcula que en España hay entre 130.000 y 160.000 personas que viven con el VIH y, de ellas, al menos el 25% podría estar sin diagnosticar o no tener un seguimiento apropiado. Además, casi el 48% de los 3.000 nuevos casos de VIH que se producen cada año en España se detectan tarde, lo que retrasa el inicio del tratamiento antirretroviral que permite alcanzar la carga viral indetectable e intransmisible y evitar así la transmisión.
Por mucho que no nos guste, “el VIH es una infección transmisible y tenemos que hacer todo lo posible por evitar que haya nuevos casos”, ha dicho el presidente de SEISIDA. “Y, para ello, hay que visibilizarla; es decir, ponerla otra vez en la conversación social y política. Así reduciremos la discriminación que tiene asociada la infección”.
Porque, tal y como ha reconocido María José Fuster, profesora del Departamento de Psicología Social y de las Organizaciones de la Facultad Psicología de la UNED y copresidenta del encuentro, “el impacto de la invisibilidad y del estigma en las personas con VIH tiene múltiples consecuencias e intersecciones. Al estigma asociado al VIH se añaden los que se sufren por otras condiciones: edad, migración, consumo de sustancias, etc., lo que no solo crea un efecto aditivo, sino multiplicador”. Según Fuster, quien también es asesora de la presidencia de España en la Unión Europea, esto tiene un impacto importante en la salud individual, especialmente en la salud mental y también en la salud pública.
Un ámbito muy importante en el que terminar con el estigma es el ámbito sanitario y por ello es una prioridad europea, ha dicho Fuster. “Solamente el 5% de las personas con VIH habla abiertamente de su condición; en la mayoría de los casos, únicamente el personal sanitario es conocedor de ello, por lo que son su mayor fuente de apoyo para poder gestionar bien su salud”.
La experta ha señalado que se sabe que existe estigma en el ámbito sanitario y es muy importante erradicarlo para así poder retener a las personas con VIH en los cuidados y garantizar su calidad de vida. Por ello, ha recalcado, la importancia importante de que los “sanitarios estén formados y carentes de prejuicios para ayudar a las personas con VIH para afrontar el estigma”.
Los organizadores ha reconocido el compromiso del Ministerio de Sanidad con la respuesta del VIH, especialmente durante los últimos años. Al hilo de ello, se ha referido a que el estigma asociado al VIH es un tema central de la presidencia de España en la Unión Europea, pero también de este congreso. En este contexto, el ministro ha recordado la importancia que la respuesta al VIH y el estigma asociado tendrán en la agenda sanitaria de la presidencia española del Consejo de la Unión Europea, con la celebración de una Reunión de Alto Nivel que acogerá la ciudad de Sevilla el próximo 15 de septiembre, y en cuya organización colaborarán la Organización Mundial de la Salud (OMS), ONUSIDA, el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) y la propia SEISIDA. Miñones ha reconocido que “falta mucho por hacer en estigma y discriminación”. El estigma, ha añadido “sigue siendo una barrera para la prevención, pero también daña la salud física y mental de las personas con VIH”.