Investigadores de la Escuela de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada han comprobado que más de la mitad de la población de Andalucía reside en áreas calificadas como ‘puntos urbanos calientes’, aquellos en los que las altas temperaturas empeoran la vida. David Hidalgo García, profesor del Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la Ingeniería, dirige este estudio junto a Julián Arco Díaz, perteneciente al mismo departamento.
Los científicos de la UGR han utilizado el programa de monitorización ambiental y cambio climático Copernicus y los satélites Sentinel 3 de la Agencia Espacial Europea (ESA) para realizar el primer estudio de determinación de los puntos urbanos calientes y el nivel de confort térmico ambiental. La investigación se basa en el fenómeno de alteración del clima urbano denominado Isla de Calor Urbana (ICU) y tiene en cuenta los territorios incluidos en los planes de desarrollo de ámbito subregional de Andalucía. Dichos planes incluyen las ocho capitales de provincia, donde reside la mayor parte de la población.
Qué superficie andaluza está calificada como un puntos urbanos calientes
Según los resultados obtenidos en esta investigación, el 43% de la superficie que contemplan los planes de desarrollo de ámbito subregional entra dentro de la calificación de puntos urbanos calientes debido a las altas temperaturas. Estos adquieren su mayor intensidad durante las noches de los meses de verano. En palabras del investigador principal, el profesor del Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la Ingeniería de la UGR David Hidalgo, “la importancia de este estudio no solo radica en la elevada superficie calificada como zona caliente, sino que esta alberga al 50% de la población de Andalucía”. Los puntos urbanos calientes son espacios que se encuentran afectados por las altas temperaturas y se relacionan con el fenómeno de la isla de calor urbana.
Los puntos urbanos calientes se ubican dentro de las zonas con mayores intensidades de este fenómeno que, a su vez, se corresponden con las áreas que presentan elevadas temperaturas. Los datos son importantes para proteger a la población, sobre todo a la más vulnerable (ancianos o enfermos) y, por otro lado, suponen un punto de partida para futuros estudios de evolución.
Por qué se generan los puntos urbanos calientes
Los investigadores han demostrado que los cambios en la cobertura de los suelos para nuevos desarrollos urbanos que disponen de escasas zonas verdes, zonas rurales sin cobertura y una alta contaminación ambiental son las principales causas de la generación de los puntos urbanos calientes.
David Hidalgo añade: “Estamos convencidos de que, con los datos de temperaturas que ha reportado el año 2022, deben crecer las superficies y la población afectada”. Son numerosos los estudios que alertan sobre un incremento de estos puntos urbanos calientes como consecuencia del aumento de las temperaturas producidas por el cambio climático.
Por otro lado, y teniendo en cuenta el índice de confort térmico ambiental relacionado con el fenómeno de la isla de calor urbana, el 5% de la población incluida en los planes reside en zonas calificadas como muy malas (nivel 5), mientras que un 60% habita en zonas calificadas como malas (nivel 4). Estas zonas ocupan el 6% y el 30% de la superficie de los planes, respectivamente.
Este índice permite evaluar la calidad de vida de los ciudadanos y las consecuencias que podrían sufrir por el fenómeno de la isla de calor urbana y las altas temperaturas. Sus escalas varían entre el valor 1 (nivel excelente por su nulo impacto por la isla de calor urbana) y valor 6 (nivel muy malo por su elevado impacto en la isla de calor urbana).
Qué cambios en el suelo se asocian con las islas urbanas de calor
Andalucía no ha reportado zonas con nivel 6, pero sí escalas 4 y 5 que pueden afectar al bienestar físico y mental de los habitantes. “Por ello, es fundamental evaluar la calidad de vida de los ciudadanos y las consecuencias que tiene el aumento de las temperaturas”, detallan los investigadores. El trabajo ha demostrado que los cambios en las coberturas del suelo que consisten en convertir zonas rurales o verdes en zonas urbanas construidas con materiales de alta absorción térmica, tales como asfalto, ladrillo o solerías, provocan aumentos de las temperaturas, lo que produce variaciones en el microclima local y perjudica a la salud de los habitantes. España es uno de los países europeos con mayor desarrollo de cobertura artificial o superficie edificada, “por lo que es fundamental la realización de este tipo de estudios al objeto de proteger a la población”, indica el investigador de la UGR David Hidalgo.
En las últimas décadas, numerosos estudios avisan de que la transformación del paisaje generado por la expansión de las zonas urbanas constituye uno de los procesos que más acelera al cambio climático. Las modificaciones de la cobertura del suelo reducen la evapotranspiración y aumentan las superficies de materiales impermeables, tales como asfalto y hormigón. Estos materiales almacenan el calor recibido de la radiación solar y posteriormente lo liberan a la atmósfera. Los mayores incrementos de temperaturas se están produciendo en las ciudades, debido principalmente al fenómeno de la isla de calor urbana, cuya intensidad se ve incrementada por las múltiples actividades humanas y por los eventos climáticos extremos como las sequías, olas de calor, etc.
Qué técnicas han empleado para localizar los puntos calientes urbanos
Entre las distintas metodologías empleadas para la determinación de este fenómeno, en los últimos años coge fuerza la teledetección. En palabras del profesor Julián Arco, “por suerte, ahora contamos con el programa Copernicus de la Agencia Espacial Europea (ESA) y sus satélites Sentinel 1, 2 y 3, que permiten la monitorización de los diversos eventos climáticos que ocurren sobre la superficie terrestre, entre ellas la monitorización de la temperatura de la superficie terrestre o los cambios que se producen sobre la superficie terrestre como consecuencia del proceso de desarrollo de nuevas zonas urbanas”.
La importancia de esta investigación no solo radica en que es el primer estudio de estas características en zonas urbanas españolas, sino que, a su vez, permite identificar cuáles son las causas que producen estos incrementos de temperatura que afectan a la población. Además, los investigadores proponen las soluciones más adecuadas para intentar corregir dichos problemas en las próximas décadas.
En palabras de Hidalgo, “la importancia de los resultados obliga a tomar decisiones drásticas en las zonas urbanas actuales y en los nuevos desarrollos para revertir esta situación y mejorar las condiciones ambientales, mitigando los efectos de los aumentos de las temperaturas”. Por ello, el estudio propone naturalizar las ciudades y reconvertir sus paisajes con el objetivo de incrementar las infraestructuras verdes urbanas, controlar las zonas rurales sin uso o sin vegetación (las que promueven la proliferación de plantaciones y zonas con vegetación), favorecer la rehabilitación de las edificaciones en cascos históricos en contraposición a nuevas edificaciones de zonas en desarrollo, el uso de pavimentos permeables en las calles y aceras y la colocación de fachadas y cubiertas vegetales en los edificios. “Pensamos que estas medidas permitirán aumentar la adaptabilidad de las zonas urbanas, transformándolas en entornos resilientes al cambio climático”, concluyen los investigadores.
Los investigadores de este trabajo pertenecen al grupo TEP-232 “Grupo de Investigación y Desarrollo en Ingeniería de Edificación” de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación, Departamento de Expresión Gráfica Arquitectónica y en la Ingeniería de la Universidad de Granada.