Este jueves se ha presentado el proyecto artístico de la Biblioteca de Babel, del artista José Ignacio Díaz Rábago, que se ha instalado en la Biblioteca General de la Universidad de Málaga. Un montaje que podrá ser contemplado durante todo un año y en el que se han utilizado unos 5.000 libros.
El acto ha estado presidido por la vicerrectora de Cultura y Deportes, Tecla Lumbreras, además, han estado presentes el artista, los vicerrectores de Investigación y Smart Campus, la delegada del rector para la Igualdad y la Acción Social, el director de la Biblioteca y la mayoría de los alumnos colaboradores. Igualmente estuvo presente parte de la familia del artista, incluida su madre, Pilar, a punto de cumplir 93 años, que a invitación de Tecla Lumbreras tuvo una intervención emocionada y emocionante.
La Biblioteca de Babel es un cuento en el que Jorge Luis Borges especula sobre un universo formado por una biblioteca eterna, preexistente al hombre y que contiene todos los libros de dicho universo ordenados arbitrariamente. Emerge como tema fundamental en el relato el mítico nivel de desorden y de confusión, que acecha todo intento de imponer normas a la creatividad humana. Normas y reglas impuestas que en el caso específico de las bibliotecas, está dictada por aquellas categorías mentales que determinan la clasificación ordenada y el montaje físico de los libros.
Esta es una posible de las interpretaciones de la obra, aunque como explicó el propio autor. “Espero que mi obra despierte diferentes lecturas, desde la más prosáica –“es una obra que ocupa un espacio interior con una especie de arquitectura de libros y cables”- a otras más poéticas, filosóficas o sociales y creo que todas las interpretaciones son válidas”. Los libros utilizados –unos 5.000- habían sido previamente desechados de las bibliotecas de la UMA y de otras instituciones. Ediciones sin valor de libros destinados al olvido, a la reventa o a la destrucción y que pasan así a formar parte, al menos durante un tiempo, del espacio de la imaginación y del arte.
Es un homenaje a los libros, a los que se les ha liberado de su función y de su contexto habitual para convertirse en material de construcción, invadiendo todos los rincones de un espacio monumental. Los libros se han apropiado así de un lugar que en principio no les corresponde, creando una viva analogía plástica de la relación de tensiones que surgen cuando se ocupa un espacio vacío. “Frente a los que vaticinan la muerte del libro –concluye el autor- esta exposición anuncia otra vez, la decimotercera, su resurrección”.
Previamente, Pilar, la madre de José Ignacio que se ha desplazado desde Madrid para asistir a la inauguración, aceptó una invitación de la vicerrectora y se dirigió a los presentes para animarles en su vida y pedirles que valoren los libros como se merecen. “Disfrutad de estos años y quered a vuestros libros –dijo-; los libros siempre me han acompañado, me han consolado y me han hechor vivir y revivir mi vida y las vidas ajenas”.
La instalación inaugurada en la General hace la número 13, desde que en 1997 iniciara la serie que ya se exhibido en importantes instituciones culturales y bibliotecas de Europa y América. Siendo quizás esta serie una de las mayores y más importantes instalaciones que en torno al tema del libro se hacen en el mundo.
En este proyecto han prestado su colaboración los alumnos de la UMA, una ayuda inestimable para el logro del proyecto: han clasificado y transportado 5.000 libros, posteriormente han taladrado uno por uno para ensartarlos en unos cables de acero que posteriormente han sido instalados por una grúa el techo interior de la biblioteca.
El responsable de la obra ha agradecido la colaboración prestada para el montaje por parte del personal de la Biblioteca General, de los operarios de la empresa montadora y, de forma especial, a los 11 alumnos que se han implicado más directamente en el montaje. José Ignacio Díaz Rábago los nombró uno a uno y les invitó a acompañarle junto al estrado. De los once alumnos que han participado, uno es de Ciencias de la Educación, Pablo Fernández; otra es de Ciencias de la Comunicación, María Goretti Zea y nueve de Filosofía y Letras: Raquel Crispigni, Ekaterina Erokhina, Soraya González, María Hueso, Laura Raya, Marta Román, Rocío Sánchez, Alberto Arias, María del Mar González y Mari Cruz Amor.
La puesta en pie de la instalación ha sido un gran trabajo en equipo. En las tareas de montaje han participado casi 20 personas entre alumnos y operarios. Pero, además ha sido necesaria la colaboración de los vicerrectorados de Cultura y Deportes, Investigación, Smart Campus y Estudiantes, la delegación del rector para la Igualdad y la Acción Social y la Biblioteca Universitaria.