Amaia Salamanca brilla con luz propia en el Maestro Padilla

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Cuatro actores sobre el escenario. Hora y media de función. La obra La Marquesa de O, un montaje basado en una obra escrita hace 200 años. Desde el primer minuto hasta el final la obra atrapaba al espectador. Al menos, el público que acudió el sábado al Auditorio Maestro Padilla disfruto de las interpretaciones de los actores y sobre todo de una historia cruda y difícil, pero que muchas veces tuvo tintes cómicos.

El personaje de la Coronela interpretado por Tina Sáinz, muestra la capacidad actoral de esta actriz que nació para estar sobre el escenario. Ella conduce un poco este montaje, con una forma de interpretar que aparentemente parece sencillo pero que solo unos pocos pueden hacer con esa majestuosidad. Tina Sáinz, es hoy por hoy, una de las grandes del teatro y en esta obra que dirige Magüi Mira está inconmensurable.

Juan José Otegui, en su papel de padre  y viejo cascarrabias, borda la caracterización de su papel. Lástima es que un actor de su experiencia y su saber estar sobre el escenario haya decidido con esta obra cerrar su capítulo laboral y dar por finalizado su trabajo en el teatro.

Josep Linuesa, un actor que aunque es joven demuestra que tiene mucha madera y La marquesa de O, hace el papel de El Conde. Raya la perfección y en las escenas más sensuales junto a Amaia Salamanca también demuestra su capacidad interpretativa.

Claro está que la gran protagonista de la noche era Amaia Salamanca, que debutaba en el teatro con esta obra. Aunque algunos pudieron pensar que fue elegida por su cara bonita, lo cierto es que el público advirtió que demuestra una madurez excepcional. Amaia Salamanca borda su papel, no titubea en ningún momento. Se le ve muy suelta y realiza una caracterización del personaje principal de la obra excepcional.

Aunque la escenografía es sencilla, con un vestuario aun mejor, la atención en toda la obra siempre se centra en los actores, que son los auténticos protagonistas.

En hora y media de obra de teatral, se contó como en una ciudad importante en el norte de Italia la enviudada Marquesa de O una dama de excelente fama anunció a través de los periódicos que sin su conocimiento se hallaba en cinta y suplicaba que el padre del niño que iba a dar a luz se pusiese en contacto con ella el día 3 a las 12 del mediodía y que estaba dispuesta a casarse con él.

 La dama que dio un paso tan extraño, suscitando las burlas de la gente y el abandono de sus padres era la hija del Gobernador de esa ciudad que había sido atacada y conquistada meses antes por las tropas rusas.
Durante la contienda, un desconocido Oficial ruso había salvado a la Marquesa del lascivo atropello de una horda de fusileros. Y llegó el día 3, y llegaron las 12 del mediodía. Y ante el pavoroso asombro de la Marquesa apareció el Oficial, el padre de su hijo, su violador. Julieta, la joven viuda, accede a casarse con él, si renuncia a sus derechos como esposo.

 

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