La carabela portuguesa, una especie muy peligrosa a causa de su alto poder urticante, se encuentra en aguas cálidas, normalmente en zonas más tropicales. Sin embargo, en los últimos años está apareciendo en distintos puntos del Mediterráneo. En Almería no habían sido vistas hasta ahora. “Recogimos unas cuarenta medusas del agua, porque pese a que estábamos a cierta distancia de la playa, en un golpe de viento podían acercarse demasiado y podrían haberle picado a los bañistas”, afirma José Manuel Segura.
Entre los síntomas que pueden aparecer por la picadura de esta especie se encuentra el dolor abdominal o en el pecho, espasmos musculares, cambios en el pulso, dolores de cabeza, mancha roja en el lugar de contacto con la medusa o incluso desmayos.
Durante la competición, los servicios de buceadores de la Guardia Civil, los GEAS, recogieron también una tortuga boba que presentaba problemas al nadar, por lo que fue entregada al servicio de recuperación de especies marinas para ser curada.