Manel Colmenero, experto en turismo gastronómico, lleva 14 años dedicado a este sector con su empresa Ocio Vital y ha querido trasladar todo el conocimiento acumulado en estos años a los participantes del Curso de Verano de la UAL ‘La gastronomía de Almería como elemento de identidad turística: Almería capital gastronómica 2019’.
Desde este lunes, Colmero está descubriendo el potencial de Almería a través de las diferentes ponencias del curso. “Tenéis una riqueza desconocida para casi el 90 por ciento de la población y eso es una gran ventaja a nivel turístico. El desconocimiento lo puedes poner en valor”. Para el catalán lo más importante ahora es “aglutinar esa voluntad de Almería en ser capital gastronómica para realmente transformar cosas. Si sólo te quedas con la anécdota de unas fechas o un año y no consigues transformar la sociedad para que se implique en el proyecto gastronómico y en la conciencia, que es lo más importante, no va a servir de mucho”.
Manel Colmenero ha impartido hoy una conferencia sobre la comercialización de productos turístico gastronómico. Y en ella ha desvelado “cuáles son las recetas que llevamos implantando desde hace 14 años para que cualquiera de los asistentes que quiera poner la teoría en práctica, tenga al menos algún criterio para que tener éxito en sus negocio turístico”. De estas recetas destaca, “saber lo que el cliente quiere y necesita, volver a los orígenes (recuperar lo que es la antropología de la gastronomía, de dónde vienen los alimentos, por qué se cocinan de una manera o de otra). Con esto es con lo que pones en valor tu negocio de turismo gastronómico frente a por ejemplo coger una guía e ir a los restaurantes con estrella Michelin. Es importante marcar la diferencia aportando esos conocimientos y saber quién puede pagar por ellos”.
Este tipo de turismo va creciendo cada año. “La gente quiere vivir experiencias y la gastronomía da muchas experiencias. Falta profesionalidad, pero creo que en el momento que demos el producto adecuado a la demanda existente la gente la comprará nuestros productos”.
En cuanto al perfil del turista gastronómico, Colmenero asegura que es muy variado. “Comenzamos destinando nuestro proyecto a personas de más de 65 años y ahora nos llegan personas de 29 o 30. Hay un público joven muy interesado por conocer cosas gastronómicas. Es gente de un nivel adquisitivo alto y de un nivel cultural alto. Normalmente vienen de otros continentes, no suelen ser europeos. Llegan más de Estados Unidos, Singapur, Australia o Nueva Zelanda”. Además, apunta, “puede ir desde un profesional a un estudiante que quiere adquirir conocimientos nutricionales o de antropología gastronómica”.