Una investigación pionera liderada por la Universidad de Granada revela que la edad media de los sujetos que tratan de suicidarse es de 43 años, y los intentos de suicidio son más frecuentes durante los meses de verano, los fines de semana y entre las 16 y las 23 horas. Además, también se destaca que Málaga es la provincia andaluza con mayor incidencia de este problema.
Para llevar a cabo esta investigación, que publica la revista Plos One, su autora ha analizado 20.942 llamadas telefónicas de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias de Andalucía clasificadas como intentos de suicidio durante un período de siete años (2007-2013)
El estudio ha revelado que tras Málaga, registran mayor tasa de suicidios Granada y Cádiz, mientras que Huelva, Jaén y Sevilla son, por este orden, las provincias donde menos personas intentaron quitarse la vida.
Esta investigación forma parte de la tesis doctoral que Yolanda Mejías Martín realiza actualmente en el programa de Doctorado de Medicina Clínica y Salud Pública de la Escuela Internacional de Posgrado de la UGR. Mejías, además, trabaja en la Unidad de Salud Mental del Hospital Universitario Virgen de las Nieves donde ingresan personas que han realizado intentos de suicidio, lo que le ha llevado a analizar la repercusión que tiene esta conducta, tanto en la persona que la realiza, como en la familia o personas más próximas.
Para llevar a cabo esta investigación, su autora ha analizado los datos sobre las características de los individuos, el momento y la gravedad de los intentos mediante la resolución de la demanda y la prioridad asignada. De los registros de las llamadas telefónicas de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias de Andalucía (EPES) clasificadas como intentos de suicidio durante siete años (2007-2013) en las ocho provincias de Andalucía. En total, analizaron 20.942 llamadas por este motivo, lo que supone una tasa global de intentos de suicidio en Andalucía para este periodo de 34,7 por cada 100.000 habitantes.
Siendo la tasa de llamadas más baja en 2007 (32,4 por cada 100.000 habitantes) y la más alta en 2013 (40,4 por cada 100.000 habitantes), aunque no hubo un aumento lineal durante el período de estudio.
De acuerdo a la prioridad, de los 20.942 casos de intentos de suicidio registrados, el 84,07% se clasificaron como no demorable (se debe actuar lo más rápido posible, pero la vida no corre peligro). El paciente fue evacuado al hospital en el 72.52% de los casos, mientras que falleció (antes o durante la asistencia por el equipo móvil) en el 2.47% de los casos.
Más mujeres que hombres
Los resultados han demostrado que, por sexos, la proporción de intentos es similar. Poco más de la mitad de las llamadas relacionadas con intentos de suicidio en la región fueron para mujeres (50.98%), con una tasa de 36.3 por 100,000 habitantes versus 33.1 por 100,000 habitantes para hombres, una proporción de 1.10: 1.
Aunque el equipo de atención médica que asistió la emergencia derivó significativamente a más mujeres que hombres al hospital por intentar suicidarse, también fue mayor el número de mujeres en las que la urgencia médica del intento de suicidio se resolvió in situ.
La investigadora de la UGR destaca que la información obtenida de los servicios de emergencia extrahospitalarios “proporciona datos valiosos sobre las características y el momento de los intentos de suicidio, y sobre la prioridad asignada a los casos y sus resultados. Estos datos complementan la información recopilada sobre intentos de suicidio en estudios de departamentos de emergencia de hospitales o en encuestas de población. Nosotros pensamos que era posible obtener información adicional y más completa mediante el estudio de los registros de los servicios de emergencia prehospitalarios, puesto que no existe una base de datos única de intentos de suicidio, como, sin embargo, sí existe de los suicidios a nivel de las estadísticas nacionales”.
La utilización de estos registros ha revelado además problemas para identificar los intentos de suicidio que puede resultar en una subestimación de las tasas de intento de suicidio. En este sentido una de las aportaciones más novedosas de este estudio ha sido la definición de intento de suicidio de acuerdo al Sistema de Información de la Empresa Pública de Emergencias Sanitarias (SIEPES).
Diversas investigaciones afirman que el riesgo de suicidio se considera mayor para las personas que han hecho un intento anterior que para las que no lo han hecho, independientemente de su edad y sexo. “Por ello, estimamos que, si identificamos las características del grupo de personas que realizan un intento de suicidio, podremos intervenir con medidas preventivas más eficaces”, concluye Mejías.