La Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada coordina un proyecto europeo para la creación de una industria de la madera asociada al sector de la construcción, con la que se reducen las emisiones contaminantes y se recuperan espacios verdes.
Su vulnerabilidad ante la humedad y el fuego provocó que la madera dejara de emplearse como material para estructuras de edificios a principios del siglo XX. Sin embargo, la falta de acero provocada por las dos guerras mundiales y el desarrollo de maderas técnicas que suplían estas deficiencias, la devolvieron a la construcción, pero nunca con el protagonismo que había tenido hasta entonces.
Ahora, en el contexto de cambio climático y con la necesidad de tener que buscar soluciones más sostenibles para la construcción, la madera está adquiriendo un protagonismo creciente, como un material versátil, económico, pero sobre todo, seguro y muy respetuoso con el medio ambiente.
Por qué el sector de la construcción necesita mejorar su sostenibilidad
El sector de la construcción es responsable del 39% del dióxido de carbono emitido a la atmósfera. Al mismo tiempo, origina el 30% de los residuos sólidos y el 20% de la contaminación de aguas. Es cierto que ya hay investigaciones que han planteado una solución a los residuos sólidos, para reconvertirlos en hormigón con nuevos materiales que cumplen la misión del cemento.
Sin embargo, la emergencia climática actual exige una actuación todavía más contundente e innovadora. Y la respuesta, como en otras muchas áreas de la sostenibilidad, se encuentra en una innovación basada en lo que realizaban generaciones pasadas.
La Escuela de Ingeniería de Edificación de la Universidad de Granada lleva años insistiendo en la versatilidad de la madera como material estructural, a través de conferencias, actividades con empresas del sector y en la formación de su propio alumnado. Pero ha dado un paso más, ya que varios de sus investigadores están al frente del proyecto europeo Life Madera para el Futuro.
Cómo se impulsará el uso de la madera en la construcción
Se trata, como lo define su coordinador, Antolino Gallego, de un “proyecto cadena”, que abarca desde el sector primario, el vivero donde se crían los árboles, hasta el uso del producto final resultante en un edificio demostrativo, que se espera que sean dos.
Este proyecto europeo está permitiendo investigar sobre los nuevos usos de este material orgánico y desarrollar un sello de normalización para los tablones, que serán empleados en una solución mixta con hormigón, para producir elementos prefabricados que podrán ser empleados en la construcción de edificios.
Qué madera se ha elegido para este proyecto
Concretamente, la madera empleada en este proyecto es la de chopo, un árbol cuyo cultivo forma parte de la identidad de la población de la Vega de Granada, y que a lo largo del tiempo ha tenido usos diversos, que van desde su empleo como vigas, hasta la producción de láminas para la fabricación de cajas para frutas y hortalizas.
La elección del chopo no es nada casual. Además de por su valor como cultivo tradicional en Granada, proporciona unos servicios ecosistémicos de gran valor. Se trata de un producto de proximidad. Al mismo tiempo, el mismo cultivo de chopos se convierte en un sumidero de carbono enorme y el riego a mantas, una técnica tradicional con la que se inunda la plantación, resulta muy beneficiosa para el entorno, ya que con ella se contribuye a la recarga del acuífero.
Qué ventajas tiene el uso de la madera en la edificación
A favor de utilizar la madera en la edificación nueva están las propiedades de este material. Antolino Gallego ve una oportunidad muy interesante en el uso de prefabricados mixtos de madera y hormigón, una mezcla que mejora el aislamiento acústico y aligera las estructuras, y eso sin contar el ahorro en emisiones, ya que esta fórmula supone alcanzar unas emisiones muy cercanas al cero.
Otra de las ventajas de utilizar madera en las estructuras de los edificios viene por la flexibilidad del material. Las estructuras empleadas habitualmente no ‘avisan’ en caso de colapso del edificio y se produce la tragedia sin que dé tiempo a intervenir. La madera se comporta de manera diferente y antes de fallar del todo, flexa, con lo que se pueden identificar con antelación los fallos, para poder tomar medidas.
Un proyecto que va desde el cultivo a la fabricación de estructuras
Con el proyecto Life Madera para el Futuro se realiza una apuesta multisectorial, que comienza en las fincas demostrativas para la producción de chopos; continúa con el desarrollo de un sello CE de certificación de los tablones empleados en los prefabricados mixtos de madera y hormigón; sigue en colaboración con empresas especializadas en la fabricación de estas piezas para estructuras, que aprenderán esta técnica novedosa; y terminará con la construcción de dos edificios demostrativos, uno en Granada y otro en Galicia, en los que se emplearán estos materiales.
Como dice Antolino Gallego, este programa servirá para demostrar al sector las ventajas del uso de la madera, una acción importante, en opinión de este profesor de la Escuela de Ingeniería de Edificación granadina, porque tradicionalmente, tanto técnicos como constructores le han dado la espalda a la madera.
El Life Madera para el Futuro, con un presupuesto muy cercano a los tres millones, cuenta con la participación de la Plataforma de Ingeniería Estructural de la Madera (PEMADE) de la Universidad de Santiago de Compostela, la Confederación de Organizaciones de Selvicultores de España (COSE), la Diputación de Granada y 3edata Ingeniería Ambiental. Y es una experiencia de bioeconomía circular, fortaleciendo la cadena de valor de la madera y el uso de la tierra sostenible, donde se conjugue el aprovechamiento con la mejora del medio ambiente. Una experiencia de mucho interés desde el punto de vista económico, social, pero sobre todo, ambiental.