La suplementación nutricional con sales minerales ricas en fosfato y carbonato cálcico reduce la biodisponibilidad del plomo (Pb) en el ganado expuesto a la contaminación por este metal en antiguos distritos mineros abandonados, según un estudio realizado por el Grupo de Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos –centro mixto de investigación dependiente de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), la Junta de Comunidades y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas–.
El ganado en extensivo que actualmente pasta en zonas contaminadas dedicadas en otros tiempos a la minería incorpora a su metabolismo a través de la dieta metales tóxicos y persistentes como el plomo. Cuando el plomo llega al tracto gastrointestinal, una parte –la fracción biodisponible– pasa al torrente sanguíneo y se acumula en órganos y tejidos. Esto no solo implica que los animales expuestos pueden sufrir los efectos tóxicos del metal, sino que además pueden acumularlo en la carne y la leche, con los riesgos sanitarios para el ganado y de seguridad alimentaria que ello conlleva.
La solución a esta amenaza ambiental invisible podría consistir en eliminar los residuos contaminantes o en impedir que el ganado acceda a ellos. Sin embargo, en muchos antiguos distritos mineros, la superficie de terreno afectada por la contaminación después de tanto tiempo de abandono es tan extensa, que la adopción de cualquiera de estas medidas sería prácticamente inviable, especialmente por los elevadísimos costes que supondrían.
Alternativa de fácil aplicación y bajo coste
Ante esta situación, el Grupo de Toxicología de Fauna Silvestre del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, que lleva más de 15 años estudiando la problemática asociada a la contaminación por metales en antiguos distritos mineros, está investigando una alternativa de fácil aplicación y bajo coste para minimizar la exposición del ganado a la contaminación por plomo. Se trata del uso de suplementos nutricionales.
En un estudio in vitro desarrollado previamente por este equipo de ecotoxicólogos, se testaron 12 tipos diferentes de bloques minerales comerciales, encontrándose que uno de ellos, particularmente rico en fosfato y carbonato cálcico, reducía considerablemente la solubilidad del plomo en las fases gástrica e intestinal de una simulación digestiva. Su siguiente paso era comprobar, mediante un experimento en campo con ganado ovino residente en zonas contaminadas, si el efecto observado in vitro sobre la solubilidad del plomo se producía in vivo sobre su biodisponibilidad.
Para ello, los científicos llevaron a cabo tres experimentos complementarios, desarrollados de forma secuencial, con grupos de ovejas de diferentes sexo y edad expuestos a distintos grados de contaminación por plomo en los suelos de una explotación ganadera de una zona minera, sin alterar el manejo habitual que realizan los ganaderos de la explotación.
A lo largo de los experimentos, en los que se jugó con varias combinaciones de ausencia y presencia del bloque mineral, los científicos tomaron muestras de sangre y heces para evaluar el efecto de la suplementación mineral sobre la exposición al plomo en cada escenario, así como su impacto sobre diversos biomarcadores de efecto a nivel sanguíneo.
Suplementación con minerales para reducir la exposición al plomo
Los resultados mostraron que la suplementación con un bloque mineral rico en fosfato y carbonato cálcico es capaz de reducir significativamente la exposición oral al plomo en condiciones reales de campo, especialmente en ovejas jóvenes expuestas a niveles relativamente altos de contaminación en suelos. Además, la suplementación mineral mejoró el estatus antioxidante de estas ovejas, aumentado su capacidad fisiológica para contrarrestar la toxicidad del plomo. El fosfato y el carbonato cálcico pueden reaccionar con el plomo a nivel gastrointestinal y formar complejos químicos insolubles, de modo que ‘lo secuestran’, reduciendo su absorción a nivel gastrointestinal –su biodisponibilidad– e incrementando su excreción a través, principalmente, de las heces.
Sin embargo, la relación entre los niveles de plomo en sangre y el índice de excreción a través de las heces en respuesta a la suplementación nutricional no siguió un patrón similar en todos los escenarios, lo que según los investigadores sugiere que varios factores –como la edad, el sexo, el grado de exposición a la contaminación o la propia suplementación mineral– pueden condicionar el metabolismo del plomo, afectando a su toxicocinética y favoreciendo, por ejemplo, su acumulación en los huesos o su eliminación del cuerpo a través de otras rutas de excreción, como la orina.
Aunque se requiere de más investigación, los autores del estudio aseguran que conocer el efecto que los bloques minerales pueden llegar a ejercer sobre la biodisponibilidad del plomo en condiciones reales de campo proporciona claves fundamentales que pueden ir orientadas a formular composiciones de suplementos minerales adaptadas a las necesidades de cada ganadería. Debido a que los suplementos minerales son utilizados comúnmente para mejorar la producción y la salud animal, su utilización aparece, por tanto, “como una herramienta fácil y rentable para combatir, además, la exposición a metales tóxicos como el plomo en ganado de zonas afectadas por la contaminación minera”.