La lucha biológica se ha convertido en los últimos años en la solución más eficaz para lograr una agricultura más limpia y sostenible. Miles de insectos beneficiosos para los cultivos son introducidos en los invernaderos cosecha tras cosecha para luchar contra unas plagas a las que hace apenas unos años sólo se las podía combatir con pesticidas. Centros como el IFAPA, la UAL, Las Palmerillas, o la empresa Agrobío han conseguido importantes éxitos en en los últimos meses.
Desde su creación en 1979 el IFAPA de La Mojonera ha ido de la mano del sector agrícola almeriense. Actualmente es un centro de investigación, formación y transferencia tecnológica de los más punteros en cuanto a agricultura se refiere.
Entre sus varias líneas de investigación el control biológico ha pasado a convertirse en los últimos años en una apuesta obligada por las exigencias de productores y consumidores.
Entre los proyectos estrella en los que participa el IFAPA se encuentra Mediodía. Un proyecto de investigación industrial, acrónimo de Multiplicación de Esfuerzos para el Desarrollo, Innovación, Optimización y Diseño de Invernaderos Avanzados, que ha sido uno de los quince proyectos merecedores del apoyo del programa de Consorcios Estratégicos Nacionales de Investigación Tecnológica (CENIT) en su segunda convocatoria (2007-2010).
El objetivo general del proyecto es realizar una investigación de carácter estratégico en el campo de la agricultura bajo plástico que permita el desarrollo de un nuevo concepto de invernadero avanzado, altamente automatizado, eficiente en el consumo de energía y agua y que permita cultivos diversificados y rentables en cualquier época del año en distintos climas españoles, mediante un sistema de producción integrada.
El proyecto contempla desarrollos en el área de materiales (para la cubierta, estructura y sustrato del invernadero), sistemas electromecánicos (climatización, movimiento de plantas, fertirrigación y fertilización carbónica) y sistemas biológicos auxiliares (polinizadores y lucha integrada).
Así mismo, este proyecto está trabajando sobre la gestión de productos (clasificación, procesado y envasado de vegetales), co-productos y residuos y sobre el suministro de energía y agua renovables a agrupaciones de invernaderos.
En Mediodía participan 11 empresas líderes en sus sectores, entre las que se encuentran Acciona, Agrobío, Repsol YPF, o Cajamar, entre otras, además de 26 organismos de investigación entre los que se encuentra el IFAPA y la Universidad de Almería, a través del investigador Tomás Cabello.
El proyecto pretende apoyar al sector de la agricultura intensiva, uno de los subsectores agrarios más significativos, y permitirá situar a España a la vanguardia de la tecnología agroalimentaria, pasando de ser compradores de tecnología a ser un referente europeo y mundial. Sus resultados irán, además, más allá del propio sector agroalimentario, impulsando otras actividades industriales y de servicios.
Plantas refugio para la fauna auxiliar.
Dentro de este gran proyecto nacional el IFAPA desarrolla, junto con la empresa Agrobío, un proyecto específico relacionado con la selección de especies vegetales autóctonas como refugio de depredadores y su introducción en los invernaderos para favorecer la inoculación y dispersión temprana de los organismos beneficiosos, mejorando así los actuales programas de control biológico de plagas.
Para traducir este título hablamos con María del Mar Téllez, investigadora principal del proyecto. Según esta experta en lucha biológica el objetivo de esta línea de trabajo es la introducción temprana de la fauna auxiliar en el invernadero o sea los insectos beneficiosos, como es el caso del Orius.
Lo que los investigadores del IFAPA, (la estación Las palmerillas de cajamar, no participa en esta línea de trabajo) están tratando de hacer es buscar plantas autóctonas silvestres que sirvan como refugio al Orius dentro del invernadero de forma temprana mientras el cultivo no entra en flor. Así, cuando el cultivo entra en floración el Orius ya está instalado y puede combatir las plagas de una forma biológica.
Una de estas plantas es el mastranzo (Mentha suaveolens), también conocido con nombres como Hierbabuena de burro, Cananga, Hierba sapera, Matapulgas, Montraste, Padrastro, Sacuy, Yerba de la pulga, Hierbabuena bastarda, Hierba de sapos, entre otros.
Se trata de una planta bastante conocida que se encuentra de forma natural en el Poniente almeriense, y que muchos agricultores recogen del campo para introducirla dentro del invernadero, por la gran abundancia de Orius presentes en las mismas.
La planta es tan beneficiosa para la lucha biológica que el Ayuntamiento de El Ejido plató especie en varias rotondas de la localidad.
Según María del Mar Téllez, esta planta es de gran interés como refugio de Orius, sin embargo ella asegura que hay que ser prudente con las plantas que se recogen directamente de la naturaleza. En primer lugar porque puede suponer el exterminio de una especie que vive de forma natural y además porque con esta planta también podemos introducir en el invernadero otras plagas, que pueden llegar a producir daños en el cultivo. La utilización de estas plantas dentro de los invernaderos requiere un mayor conocimiento de su control y manejo.
Según Téllez, además de esta planta el objetivo es buscar otras similares, que sean buenos refugios no solo de Orius, sino de otras especies de enemigos naturales, evaluándose diversos aspecto como si son reservorio de los principales virus que afectan a hortícola, épocas de floración, época de introducción en el invernadero. Por eso se buscan otras especies que sustituyan o complementen al mastranzo como planta refugio para combatir las plagas de los cultivos.
Contra el minador de hoja.
El centro de investigación está desarrollando además un proyecto para la identificación de enemigos naturales autóctonos que aparecen de forma espontánea en los invernaderos, como es el caso de los parasitoides de la plaga del minador de hoja.
Actualmente, el control biológico de minadores se realiza mediante sueltas del parasitoide Diglyphus isaea, puesto que es la única especie disponible comercialmente. Se trata de un himenóptero que ejerce un importante control biológico sobre los principales especies de minadores de hoja del genero Liriomyza y es considerado como uno de los enemigos naturales mas eficientes en cultivos hortícolas de invernadero.
Sin embargo, los estudios realizados desde el Centro IFAPA de La Mojonera ponen de manifiesto que existen un importante numero de especies de parasitoides que pueden ejercer un control natural de la plaga y que aparecen de forma espontánea dentro de los invernaderos. Destacan cinco especies por su frecuencia y abundancia en las diferentes ciclos de cultivo, especialmente significativa es la presencia de la especie Chrysonotomyia formosa, que destaca por su gran abundancia principalmente en ciclos de otoño.