La tercera y última semana de los Cursos de Verano de la UNIA en La Rábida arrancó con el curso Los procesos migratorios actuales. Una narrativa visual, dirigido por Francisco Checa y Celia Sánchez.
El curso da una visión general del fenómeno migratorio no tanto desde el punto de vista cuantitativo sino de la perspectiva de los migrantes una vez que están ya en el país de instalación, qué problemáticas hay, cuáles son las cuestiones de integración social desde el punto de vista de la educación, salud, intervención social, o laboral. La formación intenta dar respuesta a este fenómeno migratorio planteando al alumno las siguientes cuestiones: cómo lo harías, cómo reaccionas, y cómo se debería de gestionar este fenómeno.
También en el curso tiene cabida el punto de vista de la migración desde el cine y el teatro. Es el caso de la ponencia de Concha Fernández Soto, de la Universidad de Almería, para quien ambas disciplinas “nacen de una mirada convergente, pero la del cine es una mirada que se fija en los aspectos más espectaculares, que pintan al migrante como sin remisión, en consonancia con el discurso de los medios de comunicación para quien hay una problematización de la mirada hacia el migrante”.
Por tanto, “el cine de las grandes pantallas ayuda al estereotipo. Tenemos que irnos al cortometraje o el corto documental para encontrar discursos más interesantes para analizar”, indicó Fernández Soto. “También encontramos ese discurso más rico en el teatro, sobre todo a partir del año 2000, donde se empieza a hacer teatro con una mirada más microscópica, una visión que multiplique las miradas y que consigue darle la voz a todos los actores en el proceso.”
Denunció Concha Fernández la mirada endocéntrica que se hace en el cine que aborda la migración: “Ahora se va a estrenar una película basada en una historia real, Mediterráneo, con Dani Rovira y Eduard Fernández. Ambos son la cara visible de los dos voluntarios que a raíz de ver la foto del niño Alan en la orilla decidieron enrolarse como voluntarios en la isla de Lesbos. Hay más de 1.100 extras que son refugiados. El planteamiento de esta gran producción te lleva a pensar ¿qué ocurre? Dos actores importantes son los héroes voluntarios y los migrantes no dejan de ser los extras, es esta la mirada endocéntrica que denuncio en mi ponencia. Te quedas con el drama migratorio y con el drama de los voluntarios, pero los que deberían tener más voz como son los migrantes quedan como actores secundarios, la historia no está contada por ellos. El teatro viene a paliar un poco esa visión de los mass media.”
Para Fernández es el teatro quien da voz al migrante y a conocer su historia de primera mano, también el documental donde destacó como ejemplo Nacido en Siria de Hernán Zin, “ya que le sigue la pista al migrante, el recorrido es lo diferencial, tener la sensibilidad para ponerse en la piel del otro y plasmarlo”.
Además del cine y el teatro, el curso también analiza la migración desde el punto de vista del fotoperiodismo y la narrativa visual, la migración como consecuencia de conflictos bélicos, los nuevos lenguajes narrativos o el resurgimiento de la vieja ruta en la Frontera Sur de Europa.