El vertido de pellets de microplásticos derivado de la crisis medioambiental lleva llegando a las costas del norte de España desde mediados de diciembre, concentrándose estos microplásticos en las costas gallegas y también en otras zonas cercanas como Asturias y Cantabria. Sin embargo, la presencia de estos desechos también se han localizado en Colombia, en las playas del Magdalena y San Andrés isla. En este último caso, según una nueva investigación, el turismo masivo es el responsable.
Las playas más turísticas, como Spratt Bight y Rocky Cay, son las que contienen la mayor concentración de microplásticos. Así lo evidencia el análisis de la composición de las comunidades biológicas en las playas del Magdalena y San Andrés isla. El hallazgo plantea una seria preocupación, ya que estos diminutos fragmentos afectan la cadena alimenticia, al ser ingeridos por peces que luego son consumidos por humanos.
El estudio adelantado por la ingeniera ambiental Michelle Orellano Chica, estudiante de la Maestría en Ciencias-Biología – Línea Biología Marina de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Caribe, evidencia la necesidad urgente de abordar la contaminación por microplásticos y trabajar en soluciones para preservar la salud de los ecosistemas marinos y proteger la cadena alimentaria.
La investigación se centra en esponjas, planarias, moluscos y crustáceos, evaluando cómo estos organismos se ven afectados por la presencia de micropartículas de plástico en el sedimento. Además, se llevaron muestras de arena de todas las playas del archipiélago para ser analizadas en laboratorio.
“El interés particular surge de las muchas iniciativas que hacen referencia a la gran cantidad de plásticos que hay en las playas, de cómo este se fragmenta y se va convirtiendo en un problema latente, pero de la poca evidencia que hay sobre el impacto en el Caribe colombiano”, explica la ingeniera Orellano Chica.
“Todavía no sabemos qué cantidad de plásticos hay en las playas ni cuáles son sus características químicas: cada plástico que usamos es desechado, y se descompone y fragmenta de maneras diferentes”, agrega.
Este proceso dirigido por la profesora Adriana Santos, directora de la UNAL Sede Caribe, con la ayuda del biólogo Markell Mcnish Forbes, implica una separación por densidad para extraer la mayor cantidad posible de microplásticos del sedimento.