Raquel Sánchez y Pedro Miralles, del grupo de investigación de Didáctica de las Ciencias Sociales de la Universidad de Murcia (UMU), han advertido de la escasa presencia de las mujeres en los libros de texto. “Los grandes progresos en la investigación histórica sobre las mujeres no han llegado a las aulas, ni a las universitarias ni a las de los institutos y colegios. Menos todavía a los libros de texto”, en palabras de Miralles, durante el Simposio Internacional de Didáctica de las Ciencias Sociales del 2004 celebrado en Alicante. Quince años después, en palabras de este mismo investigador, “no existe igualdad en el ámbito educativo. Queda mucho por hacer”.
Los datos así lo corroboran. Diferentes estudios realizados sobre la visibilidad de las mujeres en los libros de texto señalan la gran diferencia existente entre la aparición de personajes femeninos y masculinos en sus páginas. Pero la solución, según estos investigadores, no pasa por incluir la historia de las mujeres en un currículo ya de por sí sobresaturado de contenidos, sino de cambiar el enfoque. Raquel Sánchez, profesora de Didáctica de las Ciencias Sociales en la UMU, destaca que “siempre ha estado presente, la cuestión es la mirada que quieras utilizar. Si usas solo un determinado enfoque histórico, como el político, la mujer no tiene cabida. Pero si utilizas el de la sociedad, el de la vida cotidiana, ahí se ven representados en igualdad”. Se trata, en palabras de Sánchez, “de alcanzar un enfoque holístico en el ámbito educativo. Hasta que eso no se entienda no vamos a avanzar”.
Pensamiento histórico y capacidad crítica
“Enseñar a pensar históricamente es enseñar a pensar una historia de hombres y mujeres”, han señalado Miralles y Sánchez en el artículo publicado en la revista internacional Tempo y Argumento. Este aborda el estado de la cuestión del papel de las mujeres en la historia y en el ámbito educativo, mostrando diferentes estudios sobre libros de texto. Las deficiencias halladas en la presencia de la historia de las mujeres en su interior “no redunda solo en perjuicio del género femenino, sino que desvirtúa la enseñanza en las aulas de un pensamiento histórico”, explican ambos expertos.
La enseñanza debería apostar por la construcción de una historia que permita a los estudiantes el desarrollo de una conciencia crítica, señala este artículo. Pero este hecho se aleja de una realidad en las aulas que, según la investigadora, “incluye una elevada presencia de contenidos de tipo memorístico que no permite a los estudiantes desarrollar una capacidad crítica”. Sánchez, llevando este hecho a la actualidad informativa, señala el caso de las fake news: “¿Por qué se lo creen? ¿Por qué no piensan que esa noticia puede ser falsa? Porque se creen todo lo que les dicen, están acostumbrados a que el libro de texto es lo que vale. La persona no critica la fuente. ¿Quién lo ha escrito? ¿Por qué? Si no sabes interrogar las fuentes del pasado, no puedes ser capaz de reflexionar sobre lo que sucede hoy en día”.
Miralles lo tiene claro, “el problema es un temario sobrecargado, cuanto más contenido incluyes, menos aprendes. Estos se dan de forma superficial y anecdótica y no se produce un aprendizaje significativo, que dure”. Ambos expertos consideran esencial, por tanto, una selección de contenidos que sirva al alumnado para desarrollar una conciencia histórica. Como consecuencia, los estudiantes “podrían valorar y cuestionarse por qué hemos llegado a la situación actual, cómo, si se volvería a repetir y en qué circunstancias”, considera Sánchez.
Retos de futuro en el ámbito educativo
Uno de los retos en España sería corregir la desigualdad en el tratamiento de la mujer en los contenidos de las diferentes áreas de conocimiento. Para ello, desde la universidad se realizan mejoras en los planes de estudio de los títulos universitarios de Grado que habilitan para la práctica docente. “Tratamos de que todas las investigaciones que se hacen en el ámbito de la historiografía y a nivel didáctico se reflejen en el aula. El problema es que hay una serie de profesorado que acabó la carrera hace tiempo y, por tanto, no está actualizado”, señala Sánchez. Es por ello que estos investigadores apuestan por una formación permanente de los docentes.
Los recursos didácticos juegan un papel protagonista a la hora de visibilizar a la mujer. Recursos que se realizan, por ejemplo, desde la Fundación Séneca, como un libro de científicas que puede llevarse al aula para mostrar su importancia en el avance de la sociedad. “Hay muchos recursos en el repositorio de la CARM que también sirven para enseñar a las mujeres como sujeto histórico”, comenta la investigadora. Otro ejemplo sería el de comentar noticias como un premio Nobel otorgado a una investigadora con los alumnos. “Se trata de dar normalidad a las situaciones cotidianas, a la mujer”, concluye Sánchez.
El papel de las editoriales
“Existe una apuesta de las editoriales por querer mejorar, pero aún queda mucho por hacer”, ha destacado Miralles. Las mismas han realizado algunos cambios, como otorgar mayor visibilidad a las mujeres en educación infantil y primaria. Por ejemplo, al incluir a figuras femeninas desarrollando profesiones que antes se representaban con hombres, como la de policía o cartero. Sin embargo, “en el lenguaje a las editoriales aún les falta un poco por limar”, señala Sánchez.
Además, aunque profesores de Didáctica de las Ciencias Sociales formen parte de los consejos de las editoriales, “lo cierto es que las editoriales tienen un currículo al que adaptarse, si el currículo te dice que tienes que enseñar tal cosa, tú te tienes que ceñir a eso”, señala Sánchez.