Un pez invasor que podría traer de cabeza a los investigadores que trabajan en la conservación del humedal alicantino de El Hondo, se ha convertido en uno de sus aliados. Se trata de la carpa común, que ha encontrado en este espacio un lugar ideal para su extensión, sin embargo, ahora tiene un grave problema: los carroñeros autóctonos que lo han elegido como alimento. Un equipo de investigación de las universidades Miguel Hernández y de Alicante ha estudiado cuál es la comunidad de carroñeros que aprovechan las bajas de carpas de este humedal.
Ya sean zorros, jabalís, gaviotas o cuervos, en cada estación, distintas especies mantienen los nutrientes en circulación e impiden focos infecciosos dentro de este ecosistema amenazado.
El trabajo se publicó recientemente en la revista Ecology and Evolution y han participado los investigadores del Área de Ecología de la UMH Adrián Orihuela Torres, Juan Manuel Pérez García, José Antonio Sánchez Zapata y Francisco Botella; así como la investigadora del departamento de ecología de la Universidad de Alicante Esther Sebastián González.
Qué se ha estudiado en esta investigación sobre los carroñeros de El Hondo
Entre mayo de 2020 y marzo de 2021, realizaron el estudio de la comunidad de carroñeros, así como de las variaciones estacionales en los patrones de consumo y la composición de especies que consumían las carroñas de carpa en el Parque Natural de El Hondo, al sureste de España. Este Parque Natural es un humedal de importancia internacional que cuenta con diversas distinciones y figuras de protección como sitio Ramsar protegido por la Directiva Europea de Hábitats y Directiva de Aves (Directiva 92/43/CEE) y, también, zona ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y está incluido en la red NATURA-2000 de la Unión Europea.
Esto se debe, entre otros factores, a que cuenta con una de las mejores poblaciones de diversas especies de patos globalmente amenazados como la malvasía cabeciblanca o la cerceta pardilla. También es la única zona de invernada regular en toda la península Ibérica de una rapaz tan emblemática como el águila moteada.
Cómo han monitorizado las especies carroñeras
Para registrar a las especies de carroñeros los investigadores monitorizaron 80 carroñas de carpa (20 en cada estación) mediante cámaras trampa que se activan con el movimiento, que colocaron en las orillas de las charcas, imitando la mortalidad natural de las carpas. En el estudio se registraron 14 especies de carroñeros vertebrados (cuatro mamíferos y diez aves), algunas de ellas especies amenazadas como la focha cornuda o el águila moteada. Los mamíferos que más carroña consumieron fueron el zorro y el jabalí, mientras que de aves fueron la gallineta común, la urraca y diversas especies de gaviotas.
Acudieron a consumir carroña vertebrados, en el 82% de las ubicaciones, y consumieron el 73% de la biomasa disponible en un tiempo medio de menos de dos días. Además, se encontraron diferencias en la riqueza, abundancia y composición de especies de las comunidades de carroñeros entre las diferentes estaciones. Sin embargo, los patrones de consumo se mantuvieron relativamente constantes. Los investigadores determinaron que hay una sustitución estacional en las especies carroñeras que consumen carroñas de carpa, pero un mantenimiento de la función ecológica de la eliminación de la carroña, ya que los consumidores de carroña más eficientes estuvieron presentes durante todo el año.
Estos hallazgos resaltan la importancia de una especie exótica invasora en el funcionamiento de la cadena trófica dentro de un ecosistema críticamente amenazado. Además, los resultados arrojan luz sobre la importancia de los carroñeros en humedales, que eliminan posibles focos infecciosos como Clostridium botulinum, una bacteria que ha causado grandes eventos de mortalidad en humedales mediterráneos, así como para mover nutrientes entre los medios acuáticos y terrestres. La investigación futura sobre el impacto que tiene el transporte de nutrientes entre agua y tierra por parte de los carroñeros vertebrados es fundamental para comprender el papel de los carroñeros en el ciclo de los nutrientes y en el mantenimiento de este proceso ecológico en uno de los ecosistemas más amenazados del planeta.