La NAO (Oscilación del Atlántico Norte) es un índice de referencia para los meteorólogos de Europa. Aporta datos sobre cómo se comporta y desarrolla el flujo atmosférico adelantando, así, cómo se moverán las masas de aire frío y cálido que se encuentran en el norte y sur de la corriente en chorro.
Su valor se calcula a partir de la diferencia de presión a nivel del mar entre las borrascas que habitualmente circulan por Islandia y la alta presión de Azores. El resultado puede ser un índice (NAO) positivo o negativo, pues bien, en las próximas semanas los modelos apuntan a valores considerablemente negativos, tal y como afirma Yurima Celdrán experta de Meteored (tiempo.com).
Cuando la NAO es negativa, tanto el anticiclón de las Azores como la baja presión de Islandia están debilitados y el gradiente de presión entre los dos sistemas es pequeño. Esta disminución en la diferencia da como resultado una corriente en chorro más débil y ondulada, lo que deriva en una mayor inestabilidad.
Estos factores provocan en el norte de Europa una reducción de los temporales, con lluvias inferiores al promedio y temperaturas más bajas de lo normal. En cambio, en el sur de Europa,concretamente en la península ibérica, se experimenta un aumento de las borrascas con precipitaciones por encima de la media. Los principales fenómenos meteorológicos vinculados a la NAO negativa son las vaguadas, las borrascas y las advecciones polares, siberianas o continentales.
Cómo será el mes de diciembre
Las condiciones de NAO negativa parece que se extenderán durante gran parte de la primera mitad de diciembre, algo que, según lo que barajan los modelos, puede derivar en dos posibles escenarios: frío con advección siberiana o numerosas borrascas en la península.
Frío y advección siberiana
El primero de ellos contempla que España termine bajo la influencia de una advección siberiana, es decir, la llegada de aire muy frío y seco del continente europeo. Esta configuración mediáticamente se ha llamado “Bestia del Este”.
Para que se cumpla esta situación debe haber una atmósfera estable en el norte del continente asiático, la superficie debe contar con una gran cobertura de nieve y haber un importante anticiclón de bloqueo entre Rusia y Escandinavia. Esta composición acaba abriendo un pasillo de vientos del noreste que impulsan la masa de aire frío ruso sobre España. Hace unos días parecía que todos estos criterios se iban a cumplir, pero hoy ya se trata de un escenario poco probable en el medio plazo.
La península entre borrascas
La segunda opción contemplada, ahora más probable, va ligada a la previsión de una borrasca al oeste de Portugal y centros de altas presiones sobre el Atlántico norte y Escandinavia. Con esa disposición de las piezas, España estaría en un punto favorable para la llegada de borrascas durante varios días, de tal modo que no tendríamos temperaturas muy bajas pero sí abundantes precipitaciones durante la primera quincena de diciembre. Nuestro modelo de referencia hoy hace una apuesta clara por esto último.