Leáñez Aristimuño: «Todos los movimientos reunificacionistas en América han fracasado porque han tocado teclas hispanófobas»

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Carlos Leáñez Aristimuño. Profesor de la Universidad Simón Bolívar, compartió una mesa redonda en las Jornadas Hispanidad Cartagena 2023, junto a ponentes como Marcelo Gullo, Alberto G. Ibáñez, César Pérez Guevara y Marcelo Gullo titulada «El siglo XXI como oportunidad panhispánica»

Alberto G. Ibáñez, Marcelo Gullo, Carlos Leáñez Aristimuño y César Pérez Guevara en el Puerto de Cartagena durante la jornada «Hispanidad en la Calle» de Hispanidad Cartagena 2023.

“Sin el legado hispánico la unión de la América que habla español es imposible”

El siglo XXI está abriendo una oportunidad a la gran nación cultural hispánica del mundo como no lo había hecho en los últimos siglos. Por un lado, asegura, Leáñez Aristimuño, porque tenemos una masa de 500 millones de personas en el mundo. Y por otra porque está habiendo una rebelión hispanista sin precedentes en estos últimos doscientos años que están reivindicando nuestro pasado real, y que están sentando las bases para un futuro común y compartido. 

De Bolívar a Puigdemont, doscientos años de balcanización

Ahora mismo, asegura el profesor de la Universidad Simón Bolívar, Madrid es la única capital panhispánica de la Hispanidad. Esta ciudad está marcando el futuro porque allí estamos todos, nos vemos representados todos. Madrid representa lo contrario de lo que empezamos a respirar con Simón Bolívar hace doscientos años, y estamos respirando actualmente. Según Leáñez Aristimuño hay una línea de sucesión entre el proceso iniciado por uno y continuado por el otro.

Para este hispanista «durante 300 años fuimos todos España. Y aquella España voló por los aires y lo que hoy son los países hispanos no son más que los restos del naufragio de aquella gran nave. Y nosotros vivimos aferrados a esos trozos instalados en el autoodio.

Y el problema, asegura Leáñez Aristimuño, es que para sobrevivir en la globalización necesitamos un gran buque, no una canoa. «Y navegamos en canoa». Por eso somos periféricos a todos los grandes retos a los que tenemos que hacer frente en como pueblo en la era de la globalización. Y para volver a situarnos en el centro, como ya estuvimos, necesitamos ese gran barco llamado Hispanidad.

Sin legado hispánico no hay reunificación

Desde 1811 hasta hoy vivimos instalados en el autoodio porque nuestras élites intentan borrar los 300 años de historia común que sentaron las bases de lo que une hoy a 600 millones de personas en el mundo. Y ese autoodio es que hace que nos mine la autoestima. «Nuestras élites quieren mantener una buena adaptación a la situación actual. El problema es que esa situación no nos sirve porque nos convierte en un pueblo periférico con respecto a los grandes centros de decisión del mundo. Y si queremos optar a una soberanía real tenemos que cambiar a esas élites», asegura Aristimuño.

Si queremos la reunificación el factor hispanista es indispensable. Sin él han fracasado movimientos como el indigenista, y siempre lo harán. O movimientos ideológicos como el que intentó el Ché Guevara. Hasta ahora todos los movimientos reunificacionistas han fracasado porque «han tocado teclas hispanófobas». Proyectos que no han generado de forma transversal un proyecto ilusionante de futuro. Y es hora de cambiar de abajo arriba. «Si no lo hacemos, otros navegarán en un gran buque y nos verán encantados naufragar.

La red, una oportunidad para vertebrar a los hispanohablantes.

Según Léañez Aristimuño los hispanohablantes son un 8% del total de internáutas del mundo. Navegantes que buscan información en español, demandan contenidos en español y se comunican en español entre sí. «Nuestra comunidad es, tras la china y la anglosajona, la tercera en importancia en internet, y necesitamos aprovechar recursos como éste para entrar juntos en el siglo XXI y convertir a nuestra lengua en el motor de nuestra unidad.