A última hora de la mañana comenzó la ceremonia de inauguración de las Universidades Públicas de la Región de Murcia, la número 104 de la historia de estos centros docentes desde que, en 1915 comenzara su singladura la Universidad de Murcia –hay que tener en cuenta que entre los años 1936 y 1939 el centro permaneció cerrado a la actividad académica- que ha contado con sendos discursos del Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia Fernando López Miras, que presidió el acto, y de la rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena y el Rector de la Universidad de Murcia de la Universidad de Murcia, Beatriz Miguel Hernández y José Luján, así como la lección inaugural de Cristóbal Belda Iniesta, director del Instituto de Salud Carlos III, que giró en torno al “SARS-CoV-2: la ciencia frente al espejo”.
El acto, que se celebró en el salón de actos de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia comenzó pasadas las 11’30 de la mañana sin el clásico cortejo debido a las especiales medidas de seguridad por la Covid19, con una actuación del grupo de cámara “Ars Quartetae, que interpretó la obra “Passacalle”, de Andrea Falconieri, bajo la dirección de Jorge Losana.
Los secretarios generales de las Universidades de Murcia y Cartagena, Francisco Antonio González Díaz y Rosa María Badillo Amador leyeron la Memoria Académica conjunta de ambas instituciones del curso 2020-21.
Beatriz Miguel: la Universidad pública como garante de formación y conocimiento
“En nuestras aulas no sobra ninguna chica, pero nos faltan muchos chicos”, unas palabras con las que Beatriz Miguel Hernández, rectora de la Universidad Politécnica de Cartagena, ha dado “la voz de alarma” durante su intervención en el solemne acto de Apertura de Curso. Ha afirmado que, según el último informe de la OCDE, según el cual el 60 por ciento de los alumnos que repiten curso en España son varones, “pero ni el Gobierno ni las comunidades autónomas contemplan medidas específicas para los chicos”. Beatriz Miguel ha advertido que no podremos llegar a una sociedad del conocimiento “con este alto abandono escolar ni con esta falta de varones universitarios”.
Durante su discurso, la Rectora ha destacado el carácter tremendamente europeísta de la Politécnica de Cartagena y su gran implicación del centro con diversos programas y proyectos internacionales.
También ha analizado la situación del último curso académico, marcado por la pandemia. “Han sido tiempos difíciles”, ha afirmado, pero “a la Universidad de Cartagena no la para nada ni nadie”, ha concluido.
Beatriz Miguel se ha referido al anteproyecto de la Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU), una ley que vulnera la independencia universitaria, que no viene a solucionar problemas sino a complicar nuestra gestión”, ha lamentado.
La Rectora ha finalizado su intervención reivindicando el papel de la universidad pública “como garante de formación, investigación, conocimiento y parte activa y fundamental de la sociedad sostenible a la que todos debemos aspirar”, dando a continuación la bienvenida a los estudiantes de nuevo acceso; felicitar a los alumnos que se titularon el pasado curso “quizá con más trabajo, esfuerzo y dedicación que en otras circunstancias”.
José Luján: la universidad como aspiración compartida de un futuro mejor
Por su parte, José Luján, rector de la Universidad de Murcia afirmó en su discurso que el acto de inauguración de curso es una “rendición de cuentas de la universidad ante la sociedad a la que pertenece y a cuyo servicio fue creada y sostenida”. “Estamos respondiendo -dijo- a las expectativas expresadas por los ciudadanos de erigir y sostener una universidad pública” durante más de un siglo.
Se alineó con el rector José Loustau para afirmar, como hizo él exactamente hace cien años, que la UMU, al igual que la rama del mismo tronco, la UPCT, constituyen un instrumento “esencial para la vida próspera y para el porvenir de la región”.
Se refirió igualmente el rector Luján a la pandemia, cuyos momentos más terribles –dijo- han quedado atrás, para afirmar que “queremos volver a estudiar, a enseñar y a investigar sin más preocupación que el esfuerzo que esas nobles actividades exigen”, y volver a “compartir los espacios universitarios como escenarios de encuentro y relación”, aunque añadió que “también sabemos que este ‘mundo de después será muy distinto al de ayer”.
Igualmente, aludió al informe de la CRUE “Universidad 2030. Propuestas para el debate”, un documento para la mejora de un sistema universitario español ante el que se presenta “un horizonte plagado de desafíos”, tales como la innovación docente, la formación de posgrado, el aprendizaje para toda la vida, la configuración del mapa de estudios, la transformación digital, la internacionalización o los ODS.
Se refirió también a que el nuevo horizonte exige reformas profundas en las universidades y a la necesidad de una nueva ley que dinamice esa transformación, “pero no parece que esa ley sea la que perfila el APLOSU”, afirmo, para subrayar que el problema original de las universidades públicas españolas es ”estructural e históricamente económico”, añadiendo que “entre las universidades públicas y las universidades privadas no existe ninguna clase de competencia”, y que “para que se diera esta última, unas y otras deberían ofrecer sus servicios al mercado sin más restricción en la fijación de los precios que la ley de la oferta y la demanda”.
Luján puso como ejemplo el hecho de que tan solo la Universidad de Harvard, considerada la número uno mundial por el ránking de shanghai posee, con apenas 22.000 estudiantes, el mismo presupuesto que la mitad de universidades españolas, por lo que se remitió a lo que dijo había sido la insistencia de todos los rectores que le precedieron: “la preocupación por el sostenimiento financiero de la universidad”, pues, como afirmó Loustau en su discurso de hace cien años: “la difusión de la cultura presidió siempre el desenvolvimiento de la riqueza”.
Abogó también Luján por la valoración de la ciencia y de las personas que la hacen, teniendo la certeza de que sus investigaciones son indispensables para construir un futuro mejor, aludiendo nuevamente a Loustau en el final de su discurso para afirmar, como él, que “cuando se trata de la universidad ‘es preciso que miréis un poco más lejos, que vuestro horizonte se ensanche y que tratéis de ver a vuestra ciudad y a vuestra región, no solo como lo que hoy se os presenta, sino como quisierais que fuera para vuestros hijos’, y tengáis la clara conciencia de que la Universidad de Murcia es un instrumento privilegiado al servicio de la aspiración compartida de un futuro mejor”.
SARS-CoV-2: la Ciencia frente al espejo
En su discurso, Cristóbal Belda Iniesta tuvo un recuerdo hacia las personas y familias que han sufrido esta pandemia, y dijo que “me hubiera gustado hablar de cáncer, mi especialidad, y de cómo la oncología de precisión esta cambiando la vida de los pacientes del futuro”, pero, añadió que “es inevitable que les hable de la Ciencia vinculada a esta pandemia, pues, al fin y al cabo, ha sido la Ciencia la que, a lo largo de la historia de la humanidad, ha desentrañado los misterios que nos han asolado, aterrado y oscurecido como seres humanos”.
Añadió que desde el 11 de enero de 2020, la fecha en la que China hizo pública la primeria secuencia del ARN del genoma del virus, “las autoridades sanitarias mundiales y científicos de diferentes países fueron analizando las diferentes propiedades biológicas y sus consecuencias epidemiológicas sobre las poblaciones”.
Habló sobre la estructura del virus y del mecanismo de transmisión y su impacto en los tratamientos, y dijo que esta nueva enfermedad, de rápida evolución , que “no podíamos aprender de los libros ni de nuestros mayores” fue un “excelente caldo de cultivo para la proliferación de las pseudoterapias” centrándose finalmente en las vacunas, “que se han desarrollado como herramienta central para la lucha contra esta epidemias”, y que han tenido que someterse a todos los requisitos de calidad experimental en tiempo récord, comunicándose los primeros resultados de las mismas a lo largo del mes de mayo de 2020, comenzándose a vacunar masivamente a partir de diciembre pasado. Belda informó que, con la “vacunación la letalidad del virus en los grupos más vulnerables ha caído diez veces frente a la letalidad original de las primeras semanas de la pandemia”.
Realizó, para terminar, una reflexión final: “la Razón, la Ciencia, el Progreso y el Humanisno son los valores esenciales que han permitido controlar una buena parte de la naturaleza y explorar los límites del ser humano”, y que estos “mismos valores nos han permitido ver las debilidades de nuestros flamantes sistemas y, quizá, nos han orientado hoy hacia su solución, a pesar, dijo, de que “la historia se repite durante las catástrofes”, con “charlatanes, bebedores de cloro y antivacunas”.
Se refirió, por último, a quienes comienzan ahora a dar los primeros pasos en el conocimiento: “la Ciencia es lo único que os permitirá romper ese espejo, inventar uno nuevo o, simplemente, comprender los motivos por los que, al otro lado, nunca está Alicia. Pero hagáis lo que hagáis, salid a la calle y explicadlo, pues son los pueblos los hombros de los gigantes a los que subiréis para ver el horizonte”.
Presidente López Miras: por la digitalización en las universidades
Clausuró finalmente la ceremonia de inauguración del curso 2021-2022 el Presidente de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, Fernando López Miras, que se refirió a la dificultad del curso anterior: “pocos cursos han sido tan complicados como el pasado, pero lo habéis superado con dedicación y esfuerzo”, y añadió que el que hoy inauguramos será muy distinto, ya que aunque el virus sigue ahí, “hemos logrado reducir su incidencia”.
Anunció que “instalaremos en los próximos días unidades móviles de vacunación en las universidades que lo soliciten”, “este es el camino, porque es urgente que afrontemos nuestra recuperación como país”, añadiendo que las universidades tienen mucho que aportar “como promotoras de avances que habrán de ser vanguardia en nuestra sociedad”.
Habló también de la financiación de las universidades, algo necesario, dijo, por lo que “conscientes de ello reafirmamos nuestro compromiso con la Universidad de Murcia y con la Politécnica de Cartagena”, y enumeró diversos avances en este terreno, entre ellos la extensión universitaria y la movilidad internacional, así como el apoyo a las personas con menos recursos, para evitar que las razones económicas no sean motivo de exclusión de nuestros universitarios.
“Nuestras universidades tienen que afianzar su calidad, generar y atraer talento, y transferir al sector productivo todo su potencial innovador”, afirmó.
Resaltó la transformación digital que ha acarreado la pandemia, especialmente en el sector universitario, y anunció que, en el marco de la iniciativa europea se va a proponer como iniciativa la “digitalización de las universidades, porque consideramos un objetivo prioritario para la Región de Murcia”.
“Nos encontramos en un verdadero punto de inflexión en el que nuestras universidades deben transformarse digitalmente o podrían dejar de ser competitivas”.
“Las administraciones hemos de tener en cuenta el papel fundamental que juegan las universidades como formadoras del talento de nuestra región, por eso, indiscutiblemente hemos de apoyarlas en sus procesos de transformación digital, lo que implican la utilización de importantes recursos económicos que superarían los 30 millones de euros durante los próximos cuatro años , tenemos que hacer evolucionar los campus universitarios para dotarlos de las infraestructuras y los medios técnicos que permitan dar el salto tecnológico para las nuevas demandas de profesores, investigadores y estudiantes”.
Abogó también por “posibilitar la mejor salida laboral a los egresados, algo que no podemos disociar de una formación de excelencia”, y manifestó que este modelo universitario se aleja enormemente del que diseña el anteproyecto de Ley Orgánica del Sistema Universitario aprobado por el Consejo de Ministros, consideramos que esta ley no responde a la necesidades y los cambios que necesita hoy la universidad”, y añadió que esta ley debe ser objeto de un debate objetivo y profundo en el seno de las propias universidades.
Dijo que “la universidad española necesita de un cambio profundo que permita a una institución centenaria y señera adaptarse a nuevos tiempos y a realidades nuevas en un mundo globalizado marcado por la sociedad y la economía del conocimiento, y esto no se puede hacer de cualquier modo, necesita consenso”.