Las universidades españolas dicen sentirse «agraviadas» respecto a las prácticas en comparación al estudiantado de FP

Igualmente, la CRUE ha manifestado su sorpresa al ver el alto grado de improvisación y confusión con el que esta medida se está implementado.

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La CRUE (Conferencia de Rectores y Rectoras de las Universidades Españolas) han realizado un comunicado sobre la entrada en vigor de la cotización a la Seguridad Social de las prácticas curriculares por las que han pasado a aplicar, desde el 1 de enero de 2024, la Disposición Quincuagésima Segunda del Real Decreto-ley 2/2023, de 16 de marzo, por la que se establece la cotización en la Seguridad Social del estudiantado que realice las prácticas curriculares incluidas en sus planes de estudio.

Las universidades manifiestan su sorpresa al ver el alto grado de improvisación y confusión con el que esta medida se está implementado.

En el comunicado han querido dejar constancia que, a pesar de que dicha Disposición atribuye principalmente la responsabilidad de gestionar y pagar estas cotizaciones a las entidades receptoras del estudiantado en prácticas, tanto las empresas como las administraciones públicas se han desentendido de esta obligación y han sido las universidades las que hemos tenido que asumir estas tareas. En el caso de las empresas, más de un 98% han eludido el pago de las cotizaciones y un 100% su gestión administrativa. Además, han resaltado que resulta especialmente sorprendente que hayan sido los propios ministerios dependientes del Gobierno que ha generado esta regulación y muchos organismos autonómicos los que hayan eludido su responsabilidad en la gestión administrativa y pago de estas cotizaciones, tal y como establece la Disposición Quincuagésima Segunda. Cabe poner como ejemplo lo sucedido con los ministerios con competencias en Defensa, Justicia o, incluso, con el de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, entre otros, que se han dirigido por escrito a las universidades para solicitar el cambio de los convenios regulatorios para que sean las instituciones universitarias las que asuman toda la gestión y pago dentro del nuevo sistema.

Por otro lado, la CRUE sostiene que las universidades han mantenido numerosas reuniones con los responsables provinciales y nacionales de la Tesorería de la Seguridad Social con el objeto de que se definiera un procedimiento técnico lo más claro y preciso posible para poder llevar a término la aplicación de la mencionada Disposición. Además, señalan que la enorme dimensión y heterogeneidad del colectivo estudiantil plantea numerosas dudas a la hora de realizar los procesos de altas y bajas. En este sentido, apuntan a que algunas dudas han sido efectivamente resueltas pero aún quedan por resolver otras muchas que afectan, por ejemplo, a cómo actuar con el estudiantado en movilidad saliente o entrante o con el estudiantado que en este momento recibe tratamiento médico dentro de la cobertura que se proporciona a sus progenitores a través de MUFACE.

Preocupación y confusión por parte de las universidades españolas

Las universidades, por lo demás, dicen sentirse agraviadas, en términos comparativos, al conocer cómo desde el Gobierno se ha asumido la gestión y coste de las prácticas correspondientes al estudiantado de FP, sin dar el mismo tratamiento al estudiantado universitario, lo cual establece un evidente principio de discriminación. Igualmente, manifiestan su sorpresa al ver el alto grado de improvisación y confusión con el que esta medida se está implementado.

Por otro lado, las universidades muestran su preocupación por las informaciones inexactas que se están difundiendo, en las que el estudiantado en prácticas resulta erróneamente identificado con el estudiantado becario; en las que se confunden las prácticas curriculares con las extracurriculares, aún siendo estas de muy distinta naturaleza y tratamiento.

Para finalizar, las universidades, a pesar de sus muchas dificultades financieras, dicen haber asumido el coste de estas cotizaciones (unos 9 millones de euros anuales siempre que se mantenga la bonificación) y, sobre todo, el enorme esfuerzo de gestión administrativa que representan las 400.000 prácticas estimadas y que nos está obligando a incrementar nuestras plantillas de personal técnico, de gestión, administración y servicios, a adquirir plataformas digitales y a formar a nuestro personal.

Ante todo lo expuesto, las universidades españolas han querido dejar constancia de su plena disposición para que el nuevo sistema se pueda aplicar con todas las garantías y han querido trasladar tranquilidad a sus estudiantes, pues seguirán actuando con la responsabilidad y el compromiso institucional y velando por la formación y empleabilidad de su estudiantado.