Las fanfarrias y el Gaudeamos igitur, de la mano de los recién recuperados Clarines del Concejo, han vuelto a sonar en la Universidad de Murcia en un acto académico después de más de un año sin grandes eventos como consecuencia de la pandemia. La festividad de Santo Tomás de Aquino ha podido celebrarse, cinco meses después de lo que marca el calendario y con grandes medidas de prevención, pero manteniendo la esencia académica de siempre.
En lugar de un solo acto, se han llevado a cabo dos con protagonistas y público diferente en el salón de la Facultad de Economía y Empresa. De esta manera se han podido entregar todas las distinciones académicas tradicionales y se ha celebrado la investidura de nuevos doctores. Como ha dicho el rector, José Luján, al inicio de su intervención, la importancia de este acto radica en que la celebración de Santo Tomás “es una fiesta que nos sirve para recordar los orígenes medievales de ese grandioso proyecto de progreso que es la universidad”.
La primera parte del acto ha estado dedicada a la entrega de los premios extraordinarios fin de grado y a los premios a la excelencia académica en estudios simultáneos. El rector les ha felicitado y ha hecho hincapié en que son “la generación de la pandemia, tuvisteis que afrontar la parte final de vuestros estudios en medio del mayor desastre sanitario que la humanidad ha vivido desde la II Guerra Mundial. Y, “pese a ello, lo habéis conseguido”.
La Universidad de Murcia también ha rendido homenaje a quienes han sido reconocidos como los ‘Estudiantes del año’ en los premios convocados por el Consejo de Estudiantes de la UMU. Este premio en su categoría individual ha sido este año para José Francisco Cascales, graduado en Fisioterapia y el primer titulado en España con una discapacidad auditiva severa que no le permite utilizar medios técnicos. En la categoría colectiva, para los autores y participantes en el proyecto Audioguías infantiles en el Teatro Romano de Cartagena, presentado por el ISEN y ganador en la modalidad colectiva. El rector ha destacado que “son merecidísimos ganadores del premio pues representan muy claramente los valores de esfuerzo y superación”.
La tradicional lección magistral ha sido pronunciada por el catedrático de la Facultad de Ciencias del Deporte, Arturo Díaz Suárez, quien ha recordado los antecedentes de la educación física y el deporte en España, así como la presencia de la práctica deportiva, de los estudios y de la investigación del deporte en la UMU.
La segunda parte del acto académico ha estado dedicada a la investidura de nuevos doctores y a la entrega de Premios Extraordinarios de Doctorado. “Ni siquiera una pandemia ha podido vencer vuestro afán de conocimiento y superación”, ha reconocido Luján.
Uno de los momentos más emotivos del acto ha sido el del reconocimiento a la profesora jubilada Francisca Moya, que ha recogido el premio José Loustau 2020 al espíritu universitario y valores humanos que concede el Consejo Social.
Además de una larga y fructífera trayectoria como docente e investigadora, la catedrática de Filología Latina ha sido primera en muchos otros cometidos: primera directora de departamento, primera mujer que pronunció un discurso de apertura de curso en la UMU, primera Secretaria General de los Cursos de Promoción Educativa, primera mujer que perteneció a la Junta de Gobierno, primera directora de una revista científica en la UMU, primera directora del Aula de Mayores. El rector Luján le ha transmitido el profundo cariño y respeto de la institución.
Francisca Moya ha querido compartir su premio con “todas las personas que en esta universidad también se merecen este premio, que son muchas” y a quienes propusieron su candidatura en su departamento.
El rector ha querido finalizar el acto haciendo una defensa de la ciencia y la investigación “como motor de la economía del conocimiento. Y para ello es preciso disponer de la suficiente financiación y remover los muy variados obstáculos administrativos e institucionales que la encorsetan y dificultan”. En este punto también ha señalado que “parece muy conveniente reconocer la valía y el mérito de los hombres y las mujeres que han hecho y hacen ciencia y son referencia, ejemplo y modelo”. En este sentido, ha remarcado su apoyo como miembro de la CRUE al mantenimiento de los nombres de los científicos españoles en los Premios Nacionales de Investigación. “Y por eso me congratulo de que el Ministerio de Ciencia haya reconsiderado su inicial decisión y conservar finalmente los premios Ramón y Cajal, Menéndez Pidal y Juan de la Cierva, anunciándose que se añadirán otros que llevarán el nombre de otros reconocidos investigadores e investigadoras”.