Ya han pasado más de dos décadas desde que un equipo científico de la Universidad de Málaga se aventurara a viajar al Ártico por primera vez para estudiar el comportamiento de los bosques de algas bajo los hielos polares. Con 16 campañas de investigación en el Polo ya en su mochila, profesores de la UMA están de nuevo en el archipiélago de Svalbard, en el paralelo 79 Norte, en una nueva expedición en la base científica de Ny-Ålesund, el enclave humano más al norte del planeta.
En esta ocasión, se trata de un viaje de más de tres meses de duración –la vuelta está prevista para el 30 de junio-, que coincide con el inicio de la época primaveral, cuando se produce la transición desde la larga noche polar hasta la temporada de luz continua, es decir, 24 horas diarias de radiación solar.
A los experimentos relacionados con la estacionalidad de la respuesta de las algas polares al cambio climático que se vienen realizando desde las primeras campañas organizadas por la UMA, se suma un nuevo proyecto, auspiciado por el Ministerio de Ciencia e Innovación: analizar el papel del fitoplancton y de las macroalgas en la dinámica de los nutrientes en el Ártico.
Para llevarlo a cabo, los investigadores aprovecharán la presencia de nitrógeno en las aguas polares, que se limita a la primavera, y que es crucial para el desarrollo de las macroalgas y del fitoplancton.
Determinar las tasas de incorporación de nutrientes y la posible competencia entre ambos grupos de algas en un escenario de cambio global y de deshielo, así como analizar la influencia de la turbidez del océano, por este deshielo, en el desarrollo del fitoplancton y la supervivencia de estos bosques son los principales objetivos de la nueva expedición de la Universidad de Málaga.
Riesgo de desaparición
“La extensión del hielo ártico es cada vez menor, las temperaturas tanto del aire como del océano están subiendo dramáticamente”, alerta desde el Polo Norte el investigador del grupo de Ecofisiología de Sistemas Acuáticos, Carlos Smerdou.
El catedrático asegura que en la zona de Svalbard en la que están trabajando el océano no se congela desde el año 2008. “Nuestras últimas investigaciones ponen de manifiesto que los grandes bosques de algas en estas latitudes están en serio riesgo de desaparición, lo que afectará a toda la cadena trófica, desde los animales más pequeños hasta los grandes mamíferos, entre los que se incluyen los cetáceos y el oso polar”, afirma.
“En los últimos 20 años la temperatura del océano ártico ha subido 3,6 grados y la del aire 6 grados”, concluye Smerdou.
El Vicerrectorado de Investigación y Transferencia de la Universidad de Málaga ha hecho posible la realización de esta nueva campaña que, también, cuenta con el apoyo de los Servicios Centrales de Apoyo a la Investigación (SCAI).
Además, se cuenta con la colaboración activa de investigadores del ‘Alfred Wegener Institute for Polar and Marine Research’ (AWI) de Alemania, de la Universidad de Bremen y del Norwegian Polar Institute.