El Consejo de Gobierno extraordinario de la Universidad de Murcia ha dado el visto bueno por unanimidad a la cuarta versión de los planes de contingencia que ya fueron aprobados en la Comisión de Planificación de las Enseñanzas del pasado 2 de julio.
Estos planes recogen dos posibles escenarios docentes, la presencialidad habitual de antes de la pandemia y la presencialidad adaptada, en la cual los estudiantes deberán guardar distancia social de 1 metro en las aulas y respetar las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios: Esta es la opción con la que comenzarán las clases el próximo 6 de septiembre.
La UMU, tras estudiar detenidamente las recomendaciones emitidas por los ministerios de Universidades y de Salud y participar en la reunión del Comité de Coordinación Covid del pasado lunes, considera que esta planificación respeta esas recomendaciones ante el previsible descenso del número de contagios gracias al avance de la campaña de vacunación. Igualmente, el Consejo de Gobierno considera que esta programación académica está dentro del marco jurídico vigente en nuestra Región. La UMU ha resultado ser un lugar seguro en el desarrollo de su actividad durante este curso y espera que así sea el curso que viene. Para ello se adopta este formato de presencialidad adaptada, en consonancia a las recomendaciones del grupo de expertos Covid de la Universidad de Murcia.
Los planes de contingencia están publicados en los sitios web de cada facultad, junto con la planificación académica precisa para el comienzo de este nuevo curso (guías docentes, horarios, asignación de espacios y calendarios de exámenes). Estos planes contemplan el paso a la presencialidad habitual tan pronto la situación epidemiológica la permita, algo que solo será posible si sigue avanzando la campaña de vacunación y se respetan las medidas de seguridad pertinentes. Si se produjera un aumento de contagios una vez iniciado el curso, la Universidad de Murcia ya ha demostrado su capacidad de adaptación a las circunstancias sobrevenidas y se introducirían, de ser preciso, los cambios necesarios para que la docencia se mantenga con la calidad y excelencia necesaria en el ambiente de trabajo más seguro posible.