El proyecto de investigación ‘Determinantes de la infección clínica y asintomática por SARS-CoV-2 en la cohorte PREDIMED-PLUS’, en el que participa la Universidad de Jaén, ha recibido el apoyo del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) para ser financiado y desarrollado a nivel nacional. Esta iniciativa tiene como objetivo estudiar la propagación del SARS-CoV-2 en una población general de alto riesgo cardiovascular (los pacientes del estudio PREDIMED-PLUS) y analizar la incidencia de la enfermedad por el coronavirus COVID-19 en dichas personas.
La cohorte del estudio PREDIMED-PLUS, a la que pertenece la Universidad de Jaén, lleva monitorizando pacientes de alto riesgo cardiovascular desde hace más de seis años y ahora ofrece una oportunidad única para estudiar la transmisión de la COVID-19 si, tras el cierre del estado de alarma, se realiza una serología y una encuesta de sintomatología, contagio y gravedad. De esta manera, se contempla el análisis de casi siete mil pruebas de pacientes en toda España, de los que 154 son de Jaén, para comprobar si han pasado o no la infección por la pandemia.
Pacientes con hipertensión y diabetes
“Las personas que llevamos estudiando con todo detalle son pacientes de riesgo en los que enfermedades como la hipertensión y la diabetes son frecuentes, es decir, son factores para posibles contagios. Lo que queremos hacer es una extensión del estudio para ver si han pasado o no el virus. De esas personas conocemos toda su historia clínica, la medicación que toman, el deporte que hacen y su dieta. Tenemos una información muy grande sobre ellas. Por eso para la comunidad es importante saber si hay factores que se relacionan con la dieta o la actividad física que condicionan el riesgo de infección por COVID-19”, explicó el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UJA, Miguel Delgado Rodríguez.
Además de en Jaén, este proyecto se desarrolla en un total de 23 nodos de reclutamiento y seguimiento repartidos por distintos puntos del país, de tal manera que cada grupo de investigación recoge la información de sus respectivos pacientes. “La idea es analizar y ver si hay variables del estilo de vida que influyen en que se presente la infección por COVID-19. Tenemos toda la información, pero nos hace falta ver si han pasado el virus y para ello es preciso realizar análisis de sangre”, señaló Delgado.
La intención de los investigadores es retomar el trabajo presencial con los pacientes a la mayor brevedad para realizar los respectivos controles y pruebas, además de incidir en ellos sobre la importancia de mantener hábitos de vida saludables, tanto físicos como psicológicos, tal y como se viene haciendo desde más de un lustro.