Los investigadores proponen un modelo de “restauración de precisión” donde los esfuerzos se concentran en menos plantas o semillas, asegurando su éxito de establecimiento tanto desde el mismo momento de la selección del sitio más idóneo para sembrarlas o plantarlas, como un seguimiento y ayuda a su supervivencia hasta que tengan un tamaño o edad suficiente para que su establecimiento esté asegurado
Un equipo de científicos internacional liderado por la Universidad de Granada (UGR) acaba de publicar un artículo en el que se hace un llamamiento a un cambio de paradigma en los enfoques para la restauración de los bosques en un contexto en el que los esfuerzos de plantación de árboles a nivel global se están viendo impulsados a una escala sin precedentes.
En la actualidad, a medida que los países buscan reducir su huella de carbono para alcanzar la neutralidad climática para el año 2050, está habiendo un frenesí a muchos niveles institucionales, empresariales y de colectivos ciudadanos por reforestar los ecosistemas perturbados.
“Esto es algo muy positivo, y como mínimo pone de manifiesto la creciente concienciación a diferentes niveles de la necesidad de recuperar los bosques. Sin embargo, no podemos caer en el error de pensar que restaurar el bosque es arrojar semillas desde el aire o plantar árboles“, indica Jorge Castro, catedrático del departamento de Ecología y coordinador del estudio.
En el trabajo se plantea un nuevo concepto, el de “restauración de precisión”, que propone concentrar los esfuerzos humanos y ecológicos en menos plantas o semillas, asegurando su éxito de establecimiento tanto desde el mismo momento de la selección del sitio más idóneo para sembrarlas o plantarlas, como un seguimiento y ayuda a su supervivencia hasta que tengan un tamaño o edad suficiente para que su establecimiento esté asegurado, al tiempo que se minimizan los costes y las perturbaciones. El objetivo de la ‘restauración de precisión’ es aumentar las posibilidades de que cada planta se convierta en un árbol adulto.
La ‘restauración de precisión’ propone utilizar un elenco de tecnologías para aumentar la eficiencia de las reforestaciones. Éste sería, por ejemplo, el uso de imágenes satelitales de alta resolución o el uso de drones para determinar los mejores sitios para las reforestación, para monitorizar el desarrollo de las plantas, o incluso para realizar siembras aéreas.
No obstante, los autores defienden que la ‘restauración de precisión’ debe considerar no sólo las tecnologías más punteras, sino un amplio espectro de conocimientos ecológicos, tecnologías y metodologías que incluyen igualmente las más tradicionales.
En este sentido, “proteger a una planta de la herbivoría del ganado con una malla y unos alicates puede ser tan importante como el uso de imágenes de satélite para seleccionar los sitios más apropiados de plantación”, señala Domingo Alcaraz, profesor del departamento de Botánica de la UGR.
Por otro lado, frente a la promoción global de iniciativas de plantación de árboles por parte de gobiernos, ONGs, empresas y sociedad civil, son necesarios nuevos modelos de gobernanza que den respuesta al contexto global actual desde una escala local.
“Existe el potencial de una gobernanza colaborativa ascendente o “bottom-up“ capaz de reconocer las demandas y particularidades locales, identificar y respaldar los intereses de las partes implicadas y coordinar un paisaje institucional fragmentado, al tiempo que se cumple con los objetivos de restauración de ecosistemas”, señala Fernando Morales, investigador del departamento de Ecología.
En este sentido, acciones pequeñas de reforestación muy bien planificadas realizadas por colectivos ciudadanos, por muy pequeños que éstos sean, pueden tener un enorme éxito, como se está demostrando en muchos puntos del planeta. Muchos de estos colectivos llevan tiempo realizando una ‘restauración de precisión’, independientemente de que se usase o no el término, pues se preocupan por la supervivencia de las plantas desde que las ponen en el campo hasta que se hacen pequeños arbolitos, igual que haría un jardinero con sus árboles o un agricultor con sus cosechas, comenta Jorge Castro. Este cuidado de primor es a veces imposible por parte de las administraciones por motivos múltiples, como organizativos, presupuestarios, o desajustes temporales. Los colectivos ciudadanos, por el contrario, tienen mucha más flexibilidad, y por ello pueden convertirse en un motor esencial para recuperar los bosques del planeta.
El trabajo liderado por la Universidad de Granada aparece en un momento en el que las necesidades globales de recuperar los ecosistemas degradados necesita de una dirección sólida y contrastada, con nuevos enfoques que permitan cumplir los objetivos de restauración y conservación de la biodiversidad.
Referencia bibliográfica:
Castro J, Morales-Rueda F, Navarro FB, Löf M, Vacchiano G, Alcaraz-Segura D (2021). Precision restoration: a necessary approach to foster forest recovery in the 21st century. Restoration Ecology 29 (7), e13421 (doi: 10.1111/rec.13421).