El Consejo de Gobierno de la Universidad de Granada, en sesión ordinaria, ha aprobado, a propuesta de la rectora, Pilar Aranda, la concesión de la Medalla de Oro de la UGR a la Universidad de Málaga.
Con esta alta distinción la Universidad de Granada quiere reconocer la especial vinculación que le une a la institución malagueña y a las personas que impulsaron con ilusión la creación de la Universidad de Málaga.
La Universidad de Granada fue decisiva en la contribución a la implantación y desarrollo de los estudios universitarios en Málaga, ya que fue la principal proveedora de medios y de profesorado universitario a la institución universitaria malagueña, así como la encargada de garantizar el proceso de creación y puesta en marcha de la Universidad de Málaga. Un proceso complejo en el que incidieron una serie de circunstancias culturales, políticas y sociales, que culminaron con un sueño histórico que se remontaba al siglo XVI y que no llegó a materializarse hasta comienzos de los años setenta del siglo pasado, al que también contribuyeron de forma decisiva la Asociación de Amigos de la Universidad de Málaga” en 1968.
A partir de ahí, comenzó un largo proceso de avance en el que destacaron la creación del Colegio Universitario de Málaga en 1971, y la agrupación de las ya existentes Escuela de Ingenieros Técnicos, Escuela Normal, Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (dependiente en aquel entonces de la Universidad de Granada) y Seminario.
Finalmente, el 18 de agosto de 1972, mediante decreto, se aprobó la fundación de la Universidad de Málaga. La Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales y la Facultad de Medicina serían las primeras en formar parte de la universidad global que es hoy la Universidad de Málaga.
La Universidad de Granada siempre ha estado acompañando y empujando en su camino a una Universidad, que en la actualidad ha alcanzado un desarrollo e importancia vital para la comunidad universitaria.
Las líneas de colaboración conjuntas, los proyectos de investigación que unen ambas instituciones y las excelentes comunicaciones son ejemplo de dos Universidades amigas. La Universidad de Málaga, al tiempo que ha desarrollado su potencial docente y material, se ha fortalecido desde la perspectiva institucional y jurídica, desde su primer rector, Antonio Gallego Morell, hasta el presente, José Ángel Narváez.
Este reconocimiento permite premiar la entrega al servicio público de la educación superior, el talento y la constancia, incluso el altruismo, en el desarrollo de todas las áreas de actuación de una Universidad pública como la de Málaga, de la que Granada se siente partícipe (en sus orígenes).