El próximo 20 de junio se conmemora el Día Internacional de las Personas Refugiadas y desde el Centro de Estudio de las Migraciones y las Relaciones Interculturales (CEMyRI), junto a Cruz Roja y la fundación CEPAIM, se han organizado este viernes, 7 de junio, unas jornadas que han girado en torno a la situación de los refugiados, en general, pero en particular en España.
“Como país de recepción de refugiados está adquiriendo cada vez un papel más importante porque las solicitudes se están multiplicando”, ha explicado el director del CEMyRI, Pablo Pumares. Los datos hablan de un incremento del 75 por ciento de las solicitudes de asilo en 2018, con la presentación de más de 55.000. Una situación contraria al resto de Europa donde han decaído en los últimos años. Este panorama “nos obliga a darles un acompañamiento y seguimiento que contribuya a su integración en el país. Para ello hace falta un gran esfuerzo en infraestructuras, pero también en personal formado y cualificado y en este sentido hemos presentado el nuevo ‘Máster sobre Migraciones, Mediación y Grupos vulnerables’- cuyo plazo de inscripción está abierto-, así como otros proyectos como ‘Inter4red’ que genera materiales de formación para intérpretes que trabajan con refugiados”.
Expertos, técnicos del programa de asilo y refugio y estudiantes han participado en esta jornada que ha contado con la ponencia ‘La protección internacional en España: una mirada panorámica’ de Begoña Santos, experta en migraciones y asilo, que se ha mostrado preocupada por el hecho de que solo se haya otorgado en 2018 el 22 por ciento de concesiones de protección internacional. “Es decir, de todo lo que se resolvió el año pasado solamente a un 22 por ciento de las personas se les ha concedido algún tipo de protección”. Otro dato negativo, señala, “es que hay una gran cantidad de expedientes sin resolver, hay un gran retraso y estamos en los casi 78.000 expedientes pendientes de resolución”. También ha explicado que los dos grupos más vulnerables son las mujeres víctimas de trata y los niños y niñas extranjeros no acompañados con necesidades de protección internacional “porque cuesta bastante identificar a estos grupos y que puedan acceder a los derechos que les corresponderían”.
La jornada ha contado también con el testimonio de la refugiada congoleña Candy Ndayay Keengamy quien ha hablado de la realidad que viven las mujeres en la República Democrática del Congo. Ndayay ha conmovido con su relato. Ha sufrido todo tipo de violencia, violaciones y maltrato, logrando sobrevivir en un grupo de 30 mujeres, solamente junto a otras cinco. Se hizo activista política para denunciar los abusos que sufren las mujeres en su país, teniendo como resultado su persecución por parte del gobierno congoleño. Ha explicado que al ser su país rico en coltán -un mineral muy escaso a nivel mundial del interés de grandes empresas internacionales- se están viviendo graves situaciones de inseguridad. En la actualidad ha solicitado asilo y está pendiente de la resolución de su expediente. “Creo importante dar a conocer mi testimonio en foros como este porque me hace sentir bien”, pero no descarta “exponerlo ante los políticos Europeos”.
Por último durante las jornadas se han desarrollado dos talleres: uno en el que se han abordado cuestiones como quiénes son los refugiados, sus perfiles y en qué consiste el programa actual de asilo y su mejoras, dirigido a no expertos y estudiantes; y otro para expertos, técnicos y conocedores del programa actual de asilo en el que han reflexionado sobre el actual programa de refugiados.