Con algunos nervios iniciales, pero con la seguridad que da un duro trabajo previo, se ha vivido una final del Desafío del Club de Robótica de la Universidad de Almería (UAL) muy brillante. El Salón de Actos del Museo de Almería ha acogido la presentación de los proyectos de los equipos finalistas, salidos de entre los 300 participantes de nueve centros educativos, inscritos en una primera instancia, y los 116 estudiantes de seis centros diferentes que finalmente presentaron sus proyectos. En total, han participado 34 equipos en las categorías de ESO y Bachillerato. La primera ha tenido como vencedor a uno de los grupos del IES Ciudad de Almería, la segunda ha coronado a otro del IES El Alquián y, además, se ha visto necesario reconocer la creatividad de uno más, del IES Sierra de Gádor, a pesar de que no estaba previsto en las bases.
Bajo la temática general de ‘Diseño de un sistema robotizado para su uso en arqueología’, y después de seis meses de esfuerzo, todo el proceso se ha visto culminado en un acto que ha abierto la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Almería, Encarna Carmona, que ha puesto el foco en la amplia mayoría femenina: “Han participado muchas futuras ingenieras en esta edición, algo que supone una alegría por la diferencia entre chicos y chicas que sigue habiendo en las carreras STEM”. Igualmente ha destacado “el alto nivel de los proyectos, en los que se aprecia un incremento de la creatividad, del talento y de la curiosidad, grandes motores del aprendizaje”. Por ello les ha recordado a los participantes que están “sembrando” su futuro, y ha deseado “que sea en la UAL y en las titulaciones que ofrece nuestra universidad”. Por último, ha situado la multidisciplinariedad como eje fundamental.
El jurado ha estado presidido por la directora de la Escuela Superior de Ingeniería, Rosa Ayala, que ha recordado que “la robótica incide en muchos campos, la medicina, la industria…, pero una cosa muy importante es que mejora la calidad de vida de las personas, y eso no hay que olvidarlo”. Además de que este concurso sirve para “demostrar cada uno sus habilidades”, sobre todo supone una gran oportunidad de compartir y disfrutar juntos”. Se ha referido así a la “formación de equipos multidisciplinares” y ha recordado las ingenierías que se estudian en la ESI de la UAL: “Os esperamos como alumnado en los próximos años”. Con ella han estado en el jurado Antonio Giménez, director de la OTRI, María Paz Román, especialista en arqueología y profesora del Departamento de Geografía, Historia y Humanidades, Francisco de Asís Rodríguez, catedrático del Departamento de Informática, y, como portavoz, José Carlos Moreno, coordinador del Grado en Ingeniería Electrónica Industrial y responsable de la actividad.
A este último ha correspondido una valoración general de esta edición, que no podía ser otra que muy positiva, sobre todo teniendo en cuenta el detalle de la mayoría femenina: “Los equipos tienen un porcentaje muy alto de chicas, que es una carencia de todas las carreras tecnológicas, en las que el 90% son chicos”. Que la participación haya tenido esta característica tiene un recorrido mucho más amplio, porque “que el premio haya sido una inscripción en la First Lego League supone darles continuidad, y el ejemplo más claro es el equipo del Ciudad de Almería porque han sido de segundo de ESO y podrán participar varias veces”. Se ha sumado este año también un robot, “que es la parte más costosa y que echa un poco para atrás a la hora de participar en la First Lego League”. Se ha referido a su vez al importante papel del profesorado de los centros, “que se involucra tanto, que los motiva tanto”, con un mensaje rotundo: “Si tenemos un docente que tiene ganas de transmitir su pasión por la tecnología y que es una máquina de hacer ingenieros e ingenieras, se lo ponemos muy fácil con la cesión del robot”.
Moreno ha reconocido “la sorpresa de cómo han manejado los términos técnicos y científicos, con muchísima soltura, han hecho una descripción adecuada de su proyecto y cuando les hemos hecho preguntas igualmente se han desenvuelto muy bien”, de manera textual: “Se les está transmitiendo muy bien desde la ESO y el Bachillerato”. Lo han demostrado claramente en sus exposiciones al saber sacar a relucir el esfuerzo previo, al que se ha referido Mayra Álvez, portavoz del equipo del IES El Alquián, ganador en la categoría de Bachillerato, del que forman parte también Alejandro Fernández, Miriam Pérez, Carolina López y Siham Isarghine: “Hemos trabajado mucho durante todo el año y ha sido todo un reto, pero nos lo hemos pasado muy bien intentándolo, así que ha sido muy gratificante, hemos pasado muchos nervios y estamos muy contentas”. Su proyecto ha consistido en “usar drones con una tecnología holográfica para dar más difusión a la arqueología, mostrando sobre el yacimiento cómo fue ese lugar en un principio”.
Su futuro lo tienen claro: “Estamos en el bachillerato tecnológico y yo quiero estudiar Ingeniería Aeroespacial; los demás, un doble grado de Física y Matemáticas, por ejemplo, e ingenierías”. Algo más lejos de la decisión están las ganadoras de la categoría de la ESO, al estar en segundo curso, ejerciendo de portavoz del equipo del Ciudad de Almería Lucía Roldán en nombre de sus compañeras María Bernal y Daniela Soriano: “No nos lo esperábamos y sí que haber ganado nos motiva a seguir por aquí, porque además nos ha gustado lo que hemos hecho”. Ha insistido en que se han “esforzado mucho” sobre su idea: “Un robot arqueólogo que entre en el yacimiento y facilite la labor de investigación, en principio como un trabajo de clase, pero después nos pusimos a mejorarlo y a que tuviese más funcionamientos; nos ha costado, pero nos ha salido bien”.
En cuanto al premio especial a la creatividad, ha ido al equipo de Rocío Escobosa y Ainhoa Giménez, del IES Sierra de Gádor, con la segunda como portavoz: “Estamos muy contentas de recibir este premio, que no estaba ni previsto, y nos ha gustado mucho esta experiencia, ha estado muy chulo poder participar en este concurso”. Sus planes pasan por la tecnología y la ciencia, “desde antes de esto ya sabíamos que queríamos formar parte de este ámbito”, ha dicho textualmente, especificando que sobre todo “Arquitectura e Ingeniería”. Su proyecto tiene una particularidad muy especial: “Se centra en la cooperación de varios robots, un principal y tres complementarios, para ayudar al arqueólogo en tareas para alcanzar lugares poco accesibles o para la vigilancia del yacimiento”. Además, han sido finalistas tres equipos más, uno del IES Carmen de Burgos y otro del SEK Alborán en ESO, y el Colegio La Salle en Bachillerato. Este último ha trabajado sobre yacimientos subacuáticos, muy relacionado con el desafío de la First Lego League.