La revolución verde: el punto en común entre un reloj y una placa solar

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Smart Houses -casas inteligentes-, Smart Watches -relojes inteligentes-, Smart TVs, Smart Phones, SmartBoxes… Hoy en día, algunos de los objetos más cotidianos son “Smart”, inteligentes; sus versiones clásicas, como la del reloj, han evolucionado de tal forma que ahora están conectados a la televisión, a las casas… Pueden registrar nuestras pulsaciones cuando corremos o avisarnos cuando la nevera se queda vacía. Han evolucionado de tal forma que son capaces de medir y analizar cada segundo de nuestras vidas para optimizarlas. Incluso hay dispositivos que utilizan su inteligencia para des-optimizarnos y generar diáfanos espacios blancos que interrumpen la actividad frenética con pequeños remansos de mindfullness.

Los dispositivos domésticos son los más conocidos entre el público general, pero si un circuito es capaz de monitorear lo que comemos o cuántas horas dormimos, también puede hacer previsiones atmosféricas y de generación energética. Y en esto precisamente se basa la Smart Energy, en el uso de las nuevas tecnologías y los dispositivos inteligentes para establecer puentes con los que caminar sobre los fosos que, hasta ahora, rodeaban la ansiada transición ecológica. Algunos de estos fosos se materializaban en forma de dificultades para predecir el nivel de producción energética, para almacenar la energía o para transportarla…Pero ahora, gracias a tecnologías exponenciales como el Big Data, la Inteligencia Artificial o el Internet of Things, es posible elaborar modelos sofisticados que optimicen todo el potencial de las Energías Renovables.

Al igual que la llegada de los dispositivos Smart a la vida cotidiana cambió por completo la sociedad y sus hábitos, la de la Smart Energy está cambiando el mercado laboral, y las estructuras económicas globales. Las bases sobre las que se sostiene este nuevo paradigma – la descarbonización, la digitalización, la desregulación, la descentralización y la democratización- dan una idea de la magnitud de los cambios que están a la vuelta de la esquina. Al doblarla, según los informes de McKinsey, aparece un nuevo mundo, cada vez más sostenible, en el que el petróleo, el carbón y la energía nuclear quedan obsoletas mientras la única rama del sector energético que crece es el de las Energías Renovables.

Por eso, la Escuela de Organización Industrial ha creado el Programa Ejecutivo en Smart Energy, que comienza en abril de este año y se imparte en modalidad presencial. Este programa apoya el propósito de EOI de convertir a profesionales clásicos en las figuras líderes de la transición ecológica y el nuevo mercado a partir del liderazgo consciente, las Nuevas Tecnologías y la sostenibilidad.

El programa está dirigido a profesionales del sector de la energía que deseen actualizarse aprendiendo acerca de nuevos métodos de procesamiento, con el objetivo de convertirse en líderes de la optimización, que puedan extraer el máximo provecho de sus procesos de negocio.

Además, como parte de su vocación de servicio público y ante la situación de crisis actual, provocada por la COVID19, EOI ofrece un precio bonificado en todos sus programas, lo que implica un descuento del 30% en todas sus formaciones.

La Escuela de Organización Industrial tiene un fuerte compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Agenda 2030 y, determinada a impactar en los Objetivos 5 y 8 e impulsar la igualdad de género, el trabajo decente y el crecimiento económico, ha lanzado el Programa Mujeres 2030. Esta iniciativa consiste en un descuento del 35% del precio total de la matrícula de todos los programas que comiencen entre el 1 de abril de 2021 y el 30 de enero del 2022.

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