El artículo científico “Plakophilin 1 enhances MYC translation, promoting squamous cell lung cancer” ha sido seleccionado por la revista Oncogene, en su número “Lo mejor de 2019”. Se trata de una publicación del grupo Nature, que se sitúa entre el 10% de las mejores revistas del mundo, y que ha seleccionado de entre los más de 500 artículos publicados durante el año 2019 al citado articulo producido por un grupo de investigación de la Universidad de Granada.
Entrevistamos a Pedro Medina Vico, director del grupo en el Centro Pfizer-Universidad de Granada-Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica (GENYO), profesor del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular I.
–¿Qué supone la obtención de dicho reconocimiento?
-En primer lugar, fue una grata sorpresa pues el artículo se publicó recientemente, a finales de 2019. Después, supone un espaldarazo de calidad, que además viene avalado por una editorial de prestigio internacional con sede en Estados Unidos. Que escojan nuestro trabajo de entre los cientos existentes, producidos por Harvard o Yale, es una gran satisfacción y como granadino y profesor estoy contento en contribuir al prestigio de la Universidad de Granada.
–¿Ha tenido también repercusión la publicación nacionalmente?
-Hemos recibido también el interés de la prensa y he recibido entrevistas en la radio para hablar de nuestro descubrimiento. Estoy bastante sorprendido de la acogida que ha tenido esta investigación. De hecho, fue una investigadora de Barcelona la que me comentó que había visto nuestro artículo seleccionado en el número especial de Oncogene, por lo que fue una grata sorpresa e inesperada.
–¿A qué le achaca dicho interés?
-En el artículo descubrimos un fundamento importante sobre la biología molecular del cáncer. Quizás ha tenido una repercusión mayor a otros trabajos que hemos realizado, porque nuestro estudio ha sido muy completo, que hemos realizado íntegramente en GenyO. También hemos trabajado mucho para darnos a conocer internacionalmente, personalmente presenté un trabajo preliminar en el congreso mundial de cáncer de pulmón celebrado en Japón del año 2017. Posteriormente, me invitaron en el congreso del año pasado para que diese una charla porque había interés sobre nuestro trabajo.
–¿Es importante internacionalizar los trabajos?
-En la investigación en cáncer es imprescindible porque la investigación es global y el esfuerzo es internacional. Nosotros intentamos hacerlo lo mejor posible, pero es complicado compaginar mis responsabilidades como profesor, investigador y conciliarlas con la familia. Considero que los profesores se deberían de especializar más en docencia o más en investigación, son dos trabajos difíciles de abarcar si se quiere hacer bien, y es un modelo que han adoptado desde hace décadas las Universidades que se sitúan en lo alto de los rankings de calidad. Particularmente he presentado este proyecto en la sociedad American Association for Cancer Research (AACR) en su congreso de Nueva Orleans (EEUU), y a dos congresos mundiales de cáncer de pulmón de la sociedad International Association for Cancer Research (IASLC). Por otra parte, en nuestro laboratorio realizamos nuestros seminarios en inglés para adquirir práctica para poder divulgar nuestros conocimientos en congresos internacionales. Además, nuestros doctorandos realizan estancias de investigación en Universidades internacionales como Harvard, Surrey, Berna y además nos gusta acoger a estudiantes internacionales, ya hemos tenido alumnos provenientes de Francia, Austria, Alemania, Estados Unidos, Eslovenia y Rusia.
–¿Cuántos años ha supuesto el desarrollo de este trabajo?
-Los trabajos que realizamos sobre biología molecular suelen tener una producción lenta, de varios años. Los experimentos son largos y complejos. En este trabajo se han empleado unos 5-6 años, ha sido todo un desafío para mi, como director de mi equipo de investigación, porque cuanto más largo se hace un proyecto, más difícil es llevarlo a buen puerto.
–¿Qué tipo de dificultades ha tenido el trabajo?
En primer lugar, en España, tal y como lo veo yo, tenemos un sistema cortoplacista de producción científica, donde tendemos a producir más artículos en número que en calidad. Así, existen dos sistemas de producción alternativos: se pueden producir muchos artículos que aporten poco la comunidad científica, o se puede optar por producir pocos artículos que aporten de verdad al acerbo científico. Yo me decanto, más por la segunda opción, pero es la más complicada, porque se requiere paciencia, un conocimiento más profundo y una buena financiación. Paradójicamente en los baremos de la universidad la mayoría de las veces se valora más la opción de cantidad que de calidad. Así, a veces son los propios miembros de mi equipo los que me piden publicar más artículos de menor calidad. Yo creo que esto es un error y les insto a tener paciencia. Producir muchos trabajos de baja calidad, que no aporten nada, no tiene sentido para los que disfrutamos haciendo ciencia. Este reconocimiento refuerza mi creencia.
–¿Cree que se debería primar la ciencia de calidad en la Universidad?
-Sí, en cierta medida ya se está realizando, aunque de forma más tímida de lo que me gustaría. De todas formas, cambiar el modelo de producción de cantidad a calidad, no es sencillo, requiere que cambie la política de financiación del “café para todos” a financiar con más recursos los proyectos de calidad. Pero no es que haya muchas opciones si queremos tener una Universidad de futuro. La combinación de docencia e investigación es lo que hará que las Universidades publicas prevalezcan en nuestra sociedad y no sigan perdiendo estudiantes.