La Revista de Sociología de la Educación dedica un número especial a la docencia durante la pandemia

Facultad de Ciencias de la Educación de la UGR.

RASE, Revista de Sociología de la Educación, dedica su última publicación en un número especial al impacto de la pandemia del COVID-19 sobre la educación, coordinado por la profesora Mar Venegas, del Departamento de Sociología de la UGR y subdirectora de la revista.

“Ante la pandemia en la que nos encontramos a escala global, el equipo editorial de la RASE ha querido hacer público, y compartir con la comunidad científica y educativa, su compromiso para contribuir al análisis, comprensión e intervención sobre un fenómeno inédito que comenzaba a generar tantas inquietudes como interrogantes. Para ello, y tras mantener algunas reuniones con un carácter de urgencia, se planificó este número que ahora se edita, un mes después de enviar las invitaciones a colaborar a autoras y autores, y a agentes sociales y educativos entrevistados, el 28 de marzo. Desde una sociología en acción, y en una situación excepcional como la que vivimos, necesitamos propuestas de comprensión para la reconstrucción social y educativa. Seguramente, esta pandemia pasará (es previsible que a ésta sucedan otras, como las que la han precedido), pero lo peor que puede pasar es que olvidemos que ha sido el resultado de decisiones y de acciones humanas. Sin duda, un fenómeno multidimensional como el de la pandemia es susceptible de múltiples interpretaciones y son algunas de ellas las que quedan recogidas en este número especial. Esta pandemia marcará un antes y un después en el ámbito de la educación”, se explica en la presentación de esta edición especial.

El recorrido por las páginas de este número especial parece indicarnos que, una vez más, los grandes perdedores de esta pandemia son los colectivos socialmente vulnerables, que más alejados están de una cultura escolar que pasa ahora por ser también una cultura digital, la cultura escolar de la era digital. Una de las cuestiones que atraviesan con mayor claridad las diversas contribuciones, académicas y sociales, de este número es la pregunta que se sitúa en el centro del debate actual para la sociología de la educación: cuál es la labor del sistema educativo, desde infantil hasta la universidad, en medio de esta situación compleja, extrema y crítica como es esta pandemia que afecta a toda la humanidad. Y, con ello, cuáles son los saberes, cuáles los aprendizajes, que habrían de ser relevantes para esa labor escolar en que la digitalización del trabajo escolar puede convertirse en un fin -el de las competencias digitales- y, sin embargo, ha de ser sólo un medio para alcanzar ese fin que es la formación del sujeto político, de la ciudadanía, en el nuevo paradigma social emergente de esta crisis mundial. Otro eje transversal a estas contribuciones, es la centralidad de la identificación afectiva entre los distintos agentes que componen la comunidad educativa y a los que hemos querido dar voz desde estas páginas, en las que encontramos tanta sabiduría como sensibilidad y humanidad. La brecha digital o el recurso a «lo público» en momentos de necesidad, en el marco de políticas de orientación marcadamente neoliberal, son otros dos aspectos presentes en estas páginas, frente a lo que se apuesta por lo comunitario, lo colectivo, lo social. Si algún hilo conductor cabe resaltar en estas páginas es lo propio de la sociología: enfrentarse con honestidad a los hechos incómodos para participar en unas ciencias sociales al servicio de la democracia.

En la primera parte, se reúnen nueve artículos de sociólogas y sociólogos (en su mayoría, de la educación) que han aceptado amablemente nuestra invitación a reflexionar sobre el impacto de la pandemia en la educación desde diversas miradas complementarias que arrojan una imagen poliédrica de nuestra realidad educativa y social. En la segunda, parte se recoge en torno a una veintena de entrevistas que se han agrupado por bloques para sistematizar el tipo de voces y agentes que se han prestado a responder a nuestras preguntas, desde el primer ciclo de Educación Infantil (0-3 años) hasta la Universidad, para mostrar la diversidad de situaciones que atraviesan nuestro sistema educativo, tanto a nivel laboral como en cuanto a prácticas educativas de adaptación del trabajo presencial al virtual. Encontramos, así, a los principales agentes educativos implicados: profesorado, alumnado, familias, representantes sindicales; incluso, el caso concreto del Centro Rural Agrupado «Los Olivos» de Cañaverales (Cuenca). A todas estas autoras, autores y personas entrevistas queremos dar, desde aquí, nuestro más sincero agradecimiento por la generosidad de su tiempo, sus experiencias y sus palabras.

Nuestro balance sobre la situación y la capacidad de adaptación no puede ser más positivo, a tenor del compromiso con que los diversos agentes educativos están sabiendo hacer frente a esta difícil situación que nos ha abierto la pandemia. El balance nos lleva a hacer también una llamada de atención sobre la desigualdad educativa y social y sobre las consecuencias que esta crisis está teniendo y tendrá desde la mirada transversal de la desigualdad. Todas estas contribuciones nos invitan, sin duda, a una lectura reflexiva, crítica y bien fundamentada, que queda recogida en este número especial, y nos muestra que las ciencias sociales que contribuyen a la construcción de conocimiento tienen por objetivo proporcionar imágenes de la realidad más sistemáticas y controladas, obtenidas por la vía de la rigurosidad. Como nos recuerda Bernard Lahire “la enseñanza pedagógicamente adaptada de algunos conocimientos de la sociología y la antropología en la escuela primaria cumpliría un papel crucial en la formación del espíritu científico de algunos alumnos. Se trataría de una respuesta adecuada (…) a las exigencias de formación escolar de los ciudadanos.” Es ésta una cuestión pendiente para la sociología de la educación que ahora más que nunca cobra todo su sentido, pues es del todo insensata, además de una anomalía injustificable, la situación que tenemos en nuestro sistema educativo: una educación sin sociedad. Si asumimos esta tarea, recordando el título de la película de Bertrand Tavernier, «todo comienza hoy». Con estas palabras de esperanza cerramos esta breve nota, agradeciendo, a todas las personas que han hecho posible este número especial.

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