La prudencia al volante también se hereda

Los jóvenes que percibían a sus progenitores como modelos positivos de conducción segura que les permitían una comunicación más abierta, transmitiéndoles mensajes explícitos informaron de una conducción más cuidadosa y menos imprudente.

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Investigadores del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada (UGR) han adaptado al contexto español la «Escala Clima Familiar para la Seguridad Vial» para conductores jóvenes y sus padres/madres, con el objetivo de evaluar la validez y fiabilidad de sus medidas, basadas en siete dimensiones (modelado, retroalimentación, comunicación, supervisión, compromiso con la seguridad vial, mensajes y límites). Entre los resultados obtenidos se ha demostrado que la prudencia al volante también se hereda.

Un joven conduce junto a su padre.

Los resultados de la aplicación de esta escala en la muestra española han revelado asociaciones significativas entre varias de sus dimensiones y los estilos de conducción de los conductores jóvenes.

En concreto, los jóvenes que percibían a sus progenitores como modelos positivos de conducción segura que les permitían una comunicación más abierta, transmitiéndoles mensajes explícitos sobre la conducción segura, proporcionándoles mayor información, supervisando más de cerca su conducción y estableciendo límites claros, informaron de una conducción más cuidadosa y menos imprudente, agresiva y ansiosa. El estudio muestra un patrón de resultados similar entre las puntuaciones de los padres/madres y el de sus hijos, excepto en la supervisión y el estilo de conducción ansioso.

A mayor control parental, más ansiedad pero también más prudencia

Aunque esto pueda parecer contradictorio, los investigadores señalan que es posible que los conductores jóvenes noveles perciban negativamente un alto nivel de supervisión, provocándoles emociones negativas mientras conducen, como la ansiedad. Otro argumento que respalda esta idea es la asociación negativa entre el control y el estilo de conducción que reduce el estrés, lo que significa que los conductores jóvenes que perciben una mayor vigilancia parental tienen más dificultad para relajarse, siendo incapaces de participar en actividades destinadas a reducir el estrés mientras conducen.

Sin embargo, los resultados del estudio muestran que la supervisión de los padres se asocia también de manera positiva con una conducción más cuidadosa. Para los responsables de la investigación, este efecto de doble filo de la supervisión en la conducción es una cuestión que merece mayor atención en futuros estudios, aunque en general, los hallazgos de este trabajo están en línea con estudios previos de la «Escala Clima Familiar para la Seguridad Vial» y otros trabajos más amplios, que muestran un impacto positivo de la educación parental y la ejecución de la conducción segura de los hijos.

Finalmente, el análisis de los resultados por sexo indicó diferencias significativas entre progenitores, siendo las madres quienes se perciben a sí mismas, en comparación con los padres, como modelos más positivos para sus hijos, apoyando su conducción segura, fomentando la retroalimentación, participando en discusiones más abiertas y supervisando más de cerca su conducción.