La desigualdad socioeconómica y los factores ambientales tienen un efecto directo en la talla de las personas: a más pobreza, menos se desarrollan los niños durante su etapa de crecimiento. Esta es la principal conclusión de una serie de estudios liderados por la Universidad de Murcia, en los que participan trece investigadores de diez universidades españolas, y que han sido publicados en un número especial de la revista Nutrición Hospitalaria. Se trata de trabajos financiados por la Fundación Séneca y el Ministerio de Economía y Empresa.
Estas 19 investigaciones abordan distintas facetas de la desigualdad de la salud nutricional y de sus condicionantes desde finales del siglo XVIII hasta 2015 y dejan ver datos históricos y presentes muy significativos, como que antes del inicio de la Guerra Civil los ricos eran tres centímetros más altos que los pobres; unas diferencias que aumentaron durante la contienda y especialmente durante los años de posguerra, en la década de los años 40. José Miguel Martínez Carrión, profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Murcia e investigador principal de este proyecto, explica que “entre 1937 y 1947 la estatura media de los españoles descendió entre un centímetro y un centímetro y medio, dependiendo del lugar de residencia; pero en algunas zonas la situación de pobreza persistió una década más y las consecuencias de ese verdadero desastre nutricional fueron evidentes, especialmente en zonas rurales”. Un ejemplo se da en la localidad de Hellín (Albacete), donde la estatura media de sus habitantes comenzó a bajar en 1937 y no logró recuperar los mismos registros que ese año hasta 1953.
Los trabajos de investigación utilizan como base principal los registros militares de la talla de los mozos que hacían el servicio militar desde finales del siglo XVIII hasta el año 2001, cuando desapareció el servicio militar obligatorio. “Desde entonces solo podemos utilizar como referencia las encuestas nacionales de salud en las que una de las preguntas que se hace es la altura. Creemos que deberían hacerse registros seriales para poder tener datos de toda la población, ya que está demostrado que la talla es un indicador del efecto de las desigualdades en el acceso a una correcta alimentación”, defiende Martínez Carrión. El investigador de la Universidad de Murcia está convencido de que esos datos seriados permitirían saber con precisión el efecto que la crisis económica vivida desde el año 2008 ha tenido sobre el crecimiento de los niños y adolescentes por el fuerte impacto que han sufrido muchas familias.
Martínez Carrión apunta, además, que en las últimas décadas “la convergencia entre regiones ha sido la tendencia, pero si se baja a estudiar poblaciones pequeñas, las desigualdades entre barrios pobres o ricos siguen estando presentes”.
El medio ambiente y la zona de residencia también influyen
Tras los efectos que dejó la Guerra Civil y la pobreza, la estatura de los españoles aumentó muy significativamente en la segunda mitad del S.XX, lo que hizo que España tuviera el mayor incremento de toda Europa. También se han ido reduciendo las diferencias entre regiones, que durante décadas han sido muy marcadas con un denominador común: los más altos estaban en regiones más desarrolladas económicamente como el País Vasco y Cataluña, con hasta dos y tres centímetros más. Aun así, los estudios señalan diferencias entre las zonas rurales y las zonas urbanas. Por ejemplo, en zonas rurales del País Vasco la altura era mayor que en las ciudades por el acceso a la leche; una relación que se daba al contrario en zonas mediterráneas.
Sin embargo, el estudio de los datos deja entrever otras variables como el clima y la influencia del medio ambiente. El caso de Canarias es muy significativo porque, siendo una región de las menos desarrolladas económicamente, los datos históricos demuestran que la altura de sus habitantes es similar a la que se da regiones más ricas. “Esto nos da pie a investigar sobre la influencia del clima en la talla y los efectos que el cambio climático puede tener sobre la estatura”, apunta el investigador José Miguel Martínez Carrión.
El nivel de alfabetización o el peso al nacer son otras variables estudiadas y que figuran en estos trabajos que abren caminos de investigación para ahondar en los efectos que la desigualdad social ha tenido y tiene en la estatura. Además, los estudios demuestran que la talla perpetúa el estancamiento del desarrollo de las sociedades, ya que una baja estatura está asociada en muchos puestos de trabajo a una baja productividad.
Conocer la dimensión de la malnutrición y el retraso en el crecimiento en el pasado, como los contextos que impulsaron el incremento de la altura adulta en el último siglo, proporciona un valioso conocimiento para entender los problemas actuales e intervenir con atino en las políticas futuras sobre la infancia y la adolescencia.
Todos los estudios publicados ahora forman parte del trabajo realizado en el IV Workshop de Historia Antropométrica celebrado a comienzos de 2018 en la Universidad de Murcia.