Un estudio realizado por profesores de la UMU de Veterinaria y Economía muestra que la pandemia COVID-19 ha ocasionado un impacto económico negativo a corto plazo en las explotaciones de pequeños rumiantes
Un estudio desarrollado por profesores de las facultades de Veterinaria y de Economía y Empresa de la Universidad de Murcia, publicado en la revista Animals, ubicada en el primer cuartil del área de Veterinaria de Journal Citations Report (JCR), pone de manifiesto el impacto a corto plazo que la COVID-19 está teniendo en el sector de los pequeños rumiantes en España, siendo el primero de estas características que se publica a nivel mundial.
El confinamiento ha reducido la venta de carne de oveja y cabra
A pesar de las mínimas posibilidades de que el virus SARS-CoV-2 afecte a estos animales, los resultados evidencian que las medidas adoptadas, principalmente el confinamiento total, han provocado durante los meses de marzo y abril un descenso en los ingresos de las explotaciones de ovino y caprino, que en muchos casos encuentran en la restauración y el turismo del mercado nacional una de las principales salidas comerciales para sus productos.
El estudio ha podido realizarse gracias a la inestimable ayuda y apoyo de múltiples asociaciones, empresas, cooperativas, técnicos y ganaderos del sector. Ha sido coordinado por los profesores Christian de la Fe, del grupo Sanidad de Rumiantes del Departamento de Sanidad Animal y Bernardino Benito, del Departamento de Economía financiera y Contabilidad, formando parte de la investigación que Irene Vidaurreta realiza en su tesis doctoral.
El mercado de leche de cabra ha sufrido más
En referencia al mercado de la leche, y concretamente en el caso del caprino, este efecto era mucho más significativo en abril de 2020, momento en el que se produce un sustancial descenso en el precio por litro pagado ese mes a los productores, cuya media se sitúa en torno a 5 cts. de disminución respecto al mes anterior en las explotaciones estudiadas, si bien se han registrado descensos más importantes en determinados rebaños donde el precio de la leche se ha reducido incluso un 20% respecto al mes anterior. Se han detectado también diferencias significativas en función del área geográfica estudiada. Contextualizando la investigación, no se puede dejar de lado que el precio de la leche de cabra comenzó el año en el nivel más alto de los últimos cinco, de lo que se deduce que la COVID-19 puede haber estropeado un año previsiblemente muy bueno para los productores.
Un punto positivo dentro de la difícil situación surgida ha sido el mantenimiento de los precios en el mercado de la leche ovina, con diferencias entre las áreas estudiadas, si bien son necesarios nuevos trabajos que analicen la evolución de los precios a medio y largo plazo. No obstante, es necesario reiterar que, a nivel particular, el equipo investigador ha evidenciado también situaciones donde se ha interrumpido por completo la recogida de leche en algunas explotaciones ovinas, ocasionando situaciones dramáticas para la supervivencia de algunas ganaderías.
Impacto fuerte en el mercado de carne de cabritos y corderos
En referencia al impacto sobre el mercado de la carne, ha sido muy importante tanto en cabritos como en corderos, con diferencias que han oscilado en torno al 20% del precio percibido por los productores tanto en meses anteriores como respecto a 2019. Los datos analizados evidencian una caída del precio del cordero de entre el 16.8% y el 26.9%. Los datos de la venta del cabrito, si bien arrojan un descenso medio cercano al 12.5%, no evidencian el impacto real acontecido en muchas ganaderías donde el descenso del precio ha llegado al 40% o incluso se ha interrumpido completamente la recogida de cabritos. De hecho, el análisis pormenorizado de la actividad registrada en algunos mataderos de ovino y caprino apunta en la misma línea, es decir, un descenso en las actividades muy importante a pesar de un inicio de año muy prometedor.
El equipo investigador ha podido constatar el enorme esfuerzo de todos los estamentos del sector para mantener su labor esencial en un momento de crisis sanitaria como el que hemos vivido y estamos viviendo, buscando nuevos elementos de comercialización y agudizando el ingenio para mantener la actividad en todos los niveles con el menor daño posible para las ganaderías.