La Fundación Séneca de Murcia ayudará a los investigadores a que transformen sus investigaciones en productos o empresas

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La Fundación Séneca abre hoy la cuarta convocatoria de las ayudas de ‘Prueba de Concepto’ destinadas a investigadores con el fin de que puedan transformar sus investigaciones en productos o nuevas empresas. Se podrán solicitar hasta el 17 de mayo en la sede electrónica de la fundación

Investigadores de la Fundación Séneca de Murcia.

“El objetivo es que los proyectos de investigación desarrollados avancen y lleguen al mercado en forma de nuevos productos o servicios”, precisó el consejero de Medio Ambiente, Mar Menor, Universidades e Investigación, Juan María Vázquez. Las ayudas están dirigidas a los grupos de investigación de universidades y organismos de investigación de la Región de Murcia que hayan obtenido resultados susceptibles de ser desarrollados mediante una prueba de concepto. 

Los proyectos objeto de la ayuda tendrán una duración de 12 meses, ampliables hasta un máximo de 18, y cuentan con un presupuesto total de 700.000 euros. Cada proyecto podrá estar dotado con hasta 30.000 euros y deberán estar dirigidos a cubrir las primeras etapas del proceso innovador, seleccionando aquellos resultados de investigación identificados como susceptibles de interés para las empresas o ya valorizados en una primera fase. Las ayudas están incluidas en el Programa Regional de Apoyo a la Transferencia y Valorización del Conocimiento y el Emprendimiento Científico de la Fundación Séneca. 

“Con estas ayudas pretendemos facilitar el impacto económico y social de los resultados de la actividad investigadora, apoyando el emprendimiento y la transferencia de resultados de investigación”, añadió el consejero. 

Además, estas aportaciones tienen otras finalidades tales como identificar ideas con potencial innovador y de mercado a corto y medio plazo, promoviendo que las ideas y resultados provenientes de la investigación puedan alcanzar una fase de pre demostración e incrementen sus posibilidades de captación de inversiones para fases posteriores; determinar la viabilidad técnica de estas ideas, verificando si tienen potencial en el mercado; y estimular su protección jurídica de cara a su comercialización inicial o a afrontar los pasos iniciales para la creación de una empresa e identificar oportunidades concretas de comercialización de las innovaciones y mercados potenciales, incrementando el éxito en los procesos de transferencia tecnológica. 

“Las dificultades para convertir en productos y servicios los resultados de la investigación científica son identificadas en toda Europa como uno de los principales obstáculos para impulsar los procesos de innovación, la competitividad de las empresas y el empleo de calidad, así como para obtener el valor económico y social de las inversiones de investigación”, concretó Juan María Vázquez. 

En las tres ediciones anteriores recibieron las ayudas 76 proyectos, muchos de ellos cofinanciados por empresas u organizaciones. Una vez resuelta la cuarta convocatoria la intención es alcanzar el centenar. 

Entre los proyectos financiados en la última edición del programa que están presentando sus resultados ahora, destacan aquellos destinados al sector de la agroalimentación, dirigidos a aplicar nuevas tecnologías a operaciones agrícolas con el fin de mejorar la rentabilidad de los cultivos y disminuir el impacto ambiental.  

Otras propuestas estaban orientadas a la economía circular, la mejora del medio ambiente, a los avances en el campo biomédico, a la innovación en telecomunicaciones, o de carácter social como JUNO, una plataforma en la nube que integra un prototipo de robot asistencial inteligente para mejorar las capacidades cognitivas de los mayores, o el proyecto para la mejora de la autorregulación que generará herramientas para mejorar las intervenciones psicológicas en menores con apoyo de tecnologías avanzadas.